-Maldita sea corre-Me grita Ethan mientras una docena de estúpidos zombies avanzan hasta nosotros, quiero arrancar pero mis piernas no me responden, es desesperante, esas jodidas criaturas cada vez se acercan más mientras veo como Ethan se aleja, tomo impulso para una vez más intentar correr cuando siento un golpe en mi trasero-¿Dónde estoy?-me pregunto a mí misma, estoy desorientada por unos segundos hasta que al recorrer con los ojos mi habitación caigo en cuenta de que estaba soñando, mi trasero duele, me caí de mi preciada cama tratando de escapar de esos tontos zombies.
Me levanto tranquilamente mientras sobo mis nalgas <como si eso fuera a evitar que me salga un feo moretón> y tomo mi teléfono para ver la hora, podría jurar que mi mandíbula quedó pegada al piso en el momento que leo "10:30 a.m"
-¡Carajo!-grito mientras corro a cepillarme mis dientes. Hoy es martes así que tenía clases a las 10:00 de la mañana, con el cepillo aun en mi boca trato de ponerme mi uniforme, sé que en la mayoría de las carreras universitarias no se usan uniformes pero yo tengo que usar para clases específicas, hoy debo usar el de rotaciones prácticas que consiste en un pantalón negro y una camiseta del mismo color con un delantal blanco encima.
Preparo rápidamente un termo con café y salgo de mi apartamento una vez lista.
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Corro por los pasillos de la universidad hasta que encuentro el aula en el cual me correspondía la clase de las 10:00, al entrar lo primero que veo es una decena de nalgas <No creo seguir soñando, o... ¿sí?>
-Adelante Wilson, entre pronto y no siga distrayendo a sus compañeros-.Dice el profesor mientras otra decena de ojos pertenecientes a los estudiantes que se encontraban a un lado de las nalgas siguen mi trayecto. Sigo caminando hasta llegar a un lado de Ethan, donde lo primero que hago es golpear el brazo del susodicho.
-¡Auch! ¿Qué sucede contigo?-dijo en el tono más bajo que pudo, para no volver a interrumpir la clase
-¿Por qué no me despertaste?-le reclamé susurrando
-Chist-me hizo callar-No me chites-le advertí en tono amenazador antes de tratar de prestar atención a las indicaciones del profesor.
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-Emily no puedes seguir enojada todo el día conmigo, si no te desperté fue porque estuviste toda la noche llorando, creí que te dolería la cabeza o algo-se excusó mi amigo luego de que no le dirigiera la palabra durante todas las clases que habíamos tenido.
-Está clase era importante para mi ¡Aún no sé cómo poner una estúpida inyección! ¿Qué clase de medico crees que seré si no se poner inyecciones? ¿Ah?-le reproché mientras el solo guardaba silencio-¡Respóndeme Ethan!-me miró con el ceño fruncido.
-Primero, no me hables en ese tonito, sabes que no me gusta. Segundo, sabes que yo te puedo ayudar con lo que son inyecciones. Y tercero, por hablarme de esa forma tu invitarás el almuerzo de hoy-me dijo mientras iba enumerando con los dedos todos los puntos que iba dejando en claro.
-Es broma, yo invito la comida-agregó luego de unos segundos de silencio.
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-No quiero preguntar por qué llorabas anoche, aunque creo saber la razón, la cual tiene nombre y apellido-mencionó Ethan mientras esperábamos nuestra comida, habíamos visitado un local de comida rápida cerca de nuestro apartamento, en Brooklyn, aquí se pueden encontrar los mejores hot dogs, hamburguesas, papas, y todo lo grasoso pero delicioso que pudieras imaginar.
-Es lo que crees, ayer se cumplieron tres años. ¿Sabes? Creo que ya no duele tanto, pero aun así no puedo evitar sentirme de esta forma cada vez que se cumplen años desde su muerte, era muy joven, tenía tanto por delante, recién llevaba dos años estudiando en la universidad, dijo que cuando ambos estuviéramos graduados fundaríamos nuestro propio centro médico, ahora estoy a unos meses de tener mi diploma entre mis manos y el ya no está, lo extraño mucho.
-También yo-comentó mi amigo-No hay día que no piense en él. Aún quiero creer que solo fue un mal sueño, que todo esté tiempo fue una mala broma y que en realidad el sigue aquí, que al caer la noche entrará por la puerta de nuestro apartamento sonriendo y preguntando por ti, para luego proponernos hacer una maratón de películas y quedarnos dormidos en el sillón con todas las palomitas esparcidas por el suelo, y llegar tarde a las clases del día siguiente porque se nos olvidó configurar la alarma-agregó soltando una risa melancólica al final, solo me limité a mostrar una sonrisa de lado.
-Aquí tienen su pedido-dijo la mesera interrumpiendo nuestra nostálgica charla mientras dejaba dos hamburguesas con papas y gaseosas en nuestra mesa
-Buen provecho-agregó alejándose a la vez que Ethan le guiñaba un ojo.
-Em...-llamó el chico captando mi atención-mmh-respondí haciendo un ademan con mi mano para que prosiguiera mientras que con la otra llevaba mi hamburguesa hasta mi boca.
-No es por presionarte....pero ya se acerca fin de mes y no sé si los chicos y yo podamos volver a pagar el alquiler solos otra vez-mencionó.
Llevaba tres meses sin trabajo, me habían despedido de la tienda de películas en la cual trabajaba por ponerme a discutir con un cliente sobre por qué según yo Star Wars era mucho mejor que Star Trek, todo había comenzado con un simple debate sobre ciencia ficción, pero ese hombre tocó mi lado sensible al decir que Star Wars era "basura". Desde ese entonces Ethan, Andrew y Peter se habían hecho cargo de pagar el alquiler y los gastos básicos del apartamento que compartíamos, yo aportaba comprando algo de mercadería con los pocos ahorros que me quedaban.
-Lo sé, aun no encuentro ningún trabajo que coincida con las horas en las cuales no estudio-dije
-Si le pides a tu..... mamá quizás te ayude-mencionó arrastrando las palabras.
Hace años no me hablaba con mi madre, papá murió cuando mi hermano Jacob y yo teníamos 11 y 6 años respectivamente, él y mamá no estaban muy bien cómo pareja en ese entonces, a los meses de la muerte de mi padre ella ya se estaba casando con un tipo que conoció en el trabajo durante la agonía de su esposo, desde su boda que he guardado un rencor muy grande hacia ella, el cual ocasionó muchas peleas durante años, incluyendo la que me hizo dejar definitivamente mi hogar en California para perseguir mis sueños Neoyorkinos. Luego de casarse, mamá tuvo dos hijos más con su nuevo esposo: Thomas y Alex Hamilton, dos chicos de 15 y 5 años respectivamente, a los cuales adoro con el alma, no hay un día que no llame a sus teléfonos celulares para saber cómo están.
-Sabes que no nos hablamos Ethan-le recordé
-Emily, tu padrastro...- comenzaba a decir hasta que lo interrumpí-Ese hombre no es mi padrastro, no es nada para mí.
-Está bien, FRED-dijo remarcando su nombre-Es rico, tiene hectáreas y hectáreas de viñedos, no digo que se lo pidas de regalo pero si podrías pedirle prestado-continuó.
-No quiero nada de....
-Hola princesa-me interrumpió una voz en mi oído, mientras unas manos tapaban mis ojos, estaba detrás mío, no veía nada, pero sabía perfectamente quien era, reconocería ese delicioso perfume, esa melodiosa voz y esas manos callosas de tanto trabajar con ellas en cualquier parte.
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Llave de un corazón roto
RomanceEmily y Charlie son tan diferentes: -Charlie dejó un corazón roto mientras que a Emily la dejaron con su corazón roto. -Charlie abandonó mientras que a Emily la abandonaron. -Charlie no quiere una relación por odio al compromiso, Emily no quiere una...