Capítulo 2

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Las clases se pasaron rápidamente para todos los alumnos del Instituto Françoise Dupont. Después de las clases sonó la campana anunciando así el inicio del receso.

Las cuatro amigas se reunieron en la cafetería, ellas tomaron sus desayunos y después tomaron asientos en una de las mesas.

-Mari, ¿irás al cine con nosotras? -pregunta la castaña.

-No podré acompañarlas. -contesta la ojiazul.

-¿Por qué no? -dice confundida la ojiamarina.

-Tengo que ayudarles a mis padres con la panadería.

-Si le hicieras caso a Adrien, estoy segura que no te haría falta el dinero. -dice la rubia.

-¡Chloé! Yo jamás estaría con alguien, sólo por su posición económica -dice un poco molesta-, aparte si tuviera novio, fuera por que lo quiero y lo amo, no por su posición económica.

-Está bien... -resopla por lo bajo Chloé -, buenooo... cambiando de tema, Mari ¿me puedes explicar la clase de matemática? Es que no entendí ni una sola palabra. -dijo la ojiazul.

-Ay, pues ahí no se como ayudarte que ni yo entendí lo que explico el profesor. -comentó frunciendo levemente el ceño.

-Ay, por favor, el explica muy bien, chicas. -añadió la castaña.

-¿Nos puedes ayudar? -preguntaron la azabache y la rubia con un puchero.

-Argh esta bien, solo que yo no tengo tanta paciencia para explicarles. -añadió la castaña dramática.

-Peroooo... -habló Kagami en suspenso.

-¡Habla ya Kagami! -suspiro frustrada la rubia.

-Ash, pero que impaciente -resopló por lo bajo la japonesa -, bien pues Félix les puede ayudar ya que siempre entiende y también Adrien le entiende. -finalizo la de cabello negro azulado.

-Okey, yo con Félix y Marinette con Adrien. -sonrió inocente la rubia.

-¿Qué? No, tú y Adrien y yo con Félix. -aclaró la ojizarca.

La rubia ojiazul iba a protestar pero la azabache ojizarca la miro con exasperación, no pensaba estar cerca del insoportable rubio.

-No pienso estar con él, prefiero mil veces a estar con Félix que, con él rubio insoportable -afirmo Marinette -, y ya dejen sus intentos de que yo tenga interés en Agreste.

Las tres se vieron mutuamente y sabían que su intento de que la azabache sintiera algo por el rubio Agreste no iba a funcionar, así que ¿deberían rendirse? ¿O no? No lo sabían.

Las tres suspiraron rendidas.

Las cuatro la pasaron muy bien en el receso, por lo tanto volvió a sonar la campana indicado que cada alumno debía volver a sus respectivas clases.

.......

Las clases fueron normales, nada nuevo más que las clases en las cuales Marinette prestaba atención y participaba, como Max y Félix.

Al cabo de unas horas la jornada de clases acabó y todos salieron, para tomar rumbo a sus hogares o a algún otro lugar.

Mientras que una azabache corría hacía cierto rubio que ya se dirigía a su hogar. La ojizarca lo perseguía y eso que él ni tan siquiera estaba corriendo o iba caminando rápido.

Misión: Enamorar a Marinette Dupain-Cheng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora