Capítulo 2 La mansión Brown

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En el cuarto piso del edificio de Espectro se encontraban todas las oficinas. La más grande siendo La Cueva, el lugar donde estaban todas las computadoras y que generalmente utilizaban solo los técnicos. Frente a ella se encontraba La Colmena, un centro al que solo K tenía derecho a entrar y que contenía lo necesario para hacer la selección de misiones. La favorita de Ryan y Joel era la sala de conferencias, la segunda más grande, se encontraba al fondo y a la izquierda. La oficina de Tom era la tercera más grande y, finalmente, estaban los cubículos, cada uno de los miembros del equipo tenía su propio espacio.

K estaba parada justo afuera de la oficina de Tom, sus manos temblaban, odiaba tener que dar ese tipo de noticias. Sabía que era como arrancar una bandita, no había forma de hacerlo sin dolor; pero, si lo hacías rápido, el dolor sería solo unos momentos y luego solo quedaría la sensación de molestia que no podías quitarte por más que intentaras. Suspiró, podía irse de ahí, ir y rogarle a Nina que lo hiciera, ella era buena hablando con Tom o Laurie, si quizá Laurie fuera una mejor opción… ella sabía cómo controlarlo y manejar su temperamento, si, esa era la mejor idea, bajaría admitiendo la derrota, recibiría las burlas con orgullo y rogaría y rogaría hasta que la otra mujer aceptara subir y quitar la bandita.

-          ¿Vas a quedarte ahí todo el día o vas a entrar, K? – Maldición, la había escuchado…era algo que odiaba de Tom, nada se le escapaba. Respiró profundo una vez más y puso su mejor cara de profesionalismo, empujó la puerta y entró a la oficina, no habían fotos ni títulos ni ningún tipo de decoración. Solo un reloj en forma de auto que le habían regalado entre todos por su cumpleaños.

-          Jefe, hola. – Tom no levantó la vista del documento que estaba revisando, tenía sus lentes puestos, lucía muy intelectual cuando los usaba, K siempre lo molestaba por eso. – Hoy, durante la misión, hemos recibido un correo. – Volvió a agarrar aire y entonces habló a una velocidad que la sorprendió a ella misma. – El señor P. va a venir dentro de un mes porque tiene una importante misión para nosotros y trae a su nueva asistente, la que todos dicen que es excelente, porque quiere ver si un cambio en el equipo es lo que necesitamos para mejorar nuestro número de misiones completadas porque últimamente nuestro registro ha disminuido en un 3%. – Tom levantó la mirada, sorprendido de la velocidad con la que la mujer había hablado y más aún de lo que había dicho, quizá en realidad lo que lo había sorprendido más era que le había entendido, jamás admitiría eso.

-          ¿Quiere despedir a alguien de nosotros?

-          Posible.

-          No hemos tenido el mismo número de misiones porque hemos tomado los casos que requieren de una planificación y ejecución más larga. Los casos que nadie quiere. – Sabía que no tenía que explicarle nada a K pero no pudo contenerse.

-          No creo que a él le importe. – Tom la miró con enojo. – Sabes que no es mi culpa, no me veas así.

-          ¿Te dijo que clase de misión es la que nos trae? – Volvió a revisar los documentos, ignorando lo que le había dicho.

-          No, solo dijo que nos preparamos porque sería difícil.

-          Ese hombre tiene que aprender a hablar. Usar sus palabras. – K levantó una ceja y Tom la miró serio.

-          De acuerdo, no digo nada… ¿Necesitas algo? Digo… antes de que me vaya. – El hombre negó con la cabeza y observó como la mujer se daba la vuelta y comenzaba a caminar hacia la puerta.

-          Oh, ahora lo recuerdo. – K se dio la vuelta y lo miró curiosa. – Si el señor P. va a venir, eso significa que tendremos que tener código de vestimenta para los que estemos en las oficinas.

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⏰ Última actualización: Jan 26, 2015 ⏰

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