Después de tanto tiempo

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El día en que llegó a la mansión donde había vivido durante muchos años, sintió nostalgia. Sinceramente jamás imaginó regresar a ese lugar, pero sus sentimientos vivos por aquel chico lo llevaron hasta ese momento. El frío de la temporada le dio escalofríos o simplemente era lo que le provocaba el volver al lugar. Se dio una bofetada mental y tocó el timbre del portón principal, al otro lado una voz conocida preguntó.

-¿Quién nos visita?

Sonrió al recordar a la persona que poseía esa dulce voz y respondió.

- Hace mucho que no te escuchaba nana, Hye. Soy yo, Jimin.

El portón se abrió rápidamente y los guardas del lugar no dijeron nada, se acercó nostálgico recordando las veces que paseo de la mano con él, las fiesta del té con su alma gemela y las carreras que hacía cada mañana con su mejor amigo. ¿Estarán aún con él? se preguntó, la puerta se abrió y la señora de unos 55 años apareció incrédula de lo que veía, era él su niño que se había ido hace mucho tiempo, lo abrazó besando su rostro repetidamente y luego limpió sus lágrimas haciéndolo pasar al salón y luego lo llevó a la oficina del dueño del lugar.

-El señor estará feliz de verte, mi ángel, pero mírate estás más delgado y tu cabello ya no es rubio.

-Nana , no creo que sea así, pero necesito hablar con él. Es urgente.

La nana Hye salió rápido hasta la sala de reuniones de su señor entró sin avisar, sabiendo que jamás le haría algo malo por ello, ella era como la madre de todos esos niños, como ellos la llamaban.

-Nana, estamos en reunión ¿sucedió algo?

Jungkook era un hombre imponente, pero con su nana era un dulce niño. El más joven se acercó y la abrazó.

-Abusas de tu suerte, solo porque te amamos nana.

-Niño Tae, él regresó, está abajo en la oficina quiere hablar con el amo Jungkook.

Todos la veían extrañados, sin saber a quién se refería, Yoongi le habló. -¿A quién te refieres?

-El niño Jimin está abajo...

Como si una ola de furia lo invadiera Jungkook se transformó y golpeó la mesa saliendo rápidamente, dejando en shock a la mayoría de ellos. 

-¿Por qué lo dejaste entrar?- dijo Namjoon- él no debería estar aquí.

-Rm, ella no tiene culpa, además si regresó es por algo- dijo Jin, que observó como Hye cambió su semblante ante el tono de este.

Jin se veía  un poco nervioso, mientras Tae seguía inmovil con sus ojos a punto de estallar en lágrimas, Hoseok, su pareja, al verlo se acercó abrazándolo. Yoongi se quedó quieto sin poder reaccionar hasta que su novia Saiko, le dio la mano y le sonrió. Saikou era una chica japonesa que les había acompañado por muchas situaciones buenas y malas, era dos centímetros más baja que Yoongi a pesar de no ser familia tenía mucho parecido a su novio, ojos felinos, una risa que dejaba ver sus encías, era blanca y parecía una masita al igual que Yoongi. Tenían un año de casados. 

Yoongi no expresaba sus sentimientos como los demás, pero Saikou  se acercó percatándose  del cambio de humor. Mientras Hosek seguía   abrazando a Tae y observando la puerta por donde había salido sus amigo. 

Mientras Jungkook abrió estrepitosamente la puerta de su oficina haciendo a Jimin girarse y verlo, con aquellos ojos profundos negros, donde él veía siempre la galaxia, su cabello negro más largo que antes, más alto y robusto, vestía de negro, tan impecable y radiante. Lo veía con odio, no había otro sentimiento en sus ojos.

Nunca deje de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora