En tus brazos

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Taehyung llamaba a una y otra vez a Jungkook, necesitaba decirle todo antes de ir por Jisoo y Tharn, pero no respondía y se estaba desesperando. Jin se acercó y colocó su mano en el hombro de Tae.

—Debes calmarte, ya responderá. Él está confundido y cuando se calme él vendrá. Nam debemos ir a reunirnos con Hobi. — Dijo viendo a su novio que no dejaba de comerse las uñas— debes darte prisa y tú Tae localiza a Kook, si no responde en una hora.

Tae asintió y buscó su laptop para rastrear a Kook. Mientras la pareja salía de la mansión para ir a resolver el problema en que se había convertido, Jisoo.

Mientras Kook tomaba en sus brazos a Jimin lentamente lo depositó en la cama, no le importó ver el cuchitril que era el lugar, nada importaba cuando observaba los hermosos ojos de Jimin, pese a no tener el brillo de hace años, podía reconocer el amor que le profesaba con una sola mirada.

—Jimin, te he extrañado mucho todo este tiempo... tus ojos viéndome con ese amor  — acariciaba sus mejillas mientras idolatraba cada parte de su amado— tus mejillas que se sonrojan ante mi tacto, tus hermosas piernas, tu boca...—dio un beso con parsimonia Jimin dejo escapar un gemido al sentir a Kook ubicarse entre las piernas. 

—Te amo, Jungkook. Hazme olvidar estos años lejos de ti.

Kook se deshizo de sus ropas quedando completamente desnudos, recorría todo el cuerpo de Jimin, estaba más delgado, pero no había rastros de defectos, lo amaba aun con sus miles de caprichos y sus complejos de estatura. Su piel blanca contrastaba con las sábanas grises y notó una cicatriz en su abdomen, se le hizo un nudo en la garganta de pensar lo que le habían hecho en la cárcel.  Jimin le sonrió, por un momento se sintió cohibido y se iba a cubrir, pero Kook siendo más rápido acarició su cintura e inclinándose beso aquella cicatriz dejando un  camino de besos húmedos hasta llegar a su boca, sus cuerpos estaban tan juntos que quemaban sus pieles.

Jimin acunó el rostro de Jungkook y empezó a llorar, hacía mucho que no lo había tocado, Kook se apoderó de sus labios en un beso lento y cariñoso, pero cuando Jimin lo haló más enredando sus brazos en el cuello de Kook y abriendo más sus piernas. El beso se volvió hambriento, apasionado y excitante. Sus lenguas se enredaban entre ellas, Kook mordía sus labios tratando de asegurarse de que eran reales, sus caderas empezaron a mecerse lentamente haciendo fricción entre sus miembros, devoró los gemidos de Jimin y al separarse vio los labios hermosos de Jimin hinchados y sus ojos que suplicaban por más acarició su cuerpo dejando besos, marcas rojizas con sus dientes. Mordía sus tetillas haciéndolo arquearse ante la sensación, la electricidad que generaban sus cuerpos. 

—Eres hermoso, Jimin.

—No, tú lo eres. Te necesito, Bebé.

Kook sonrió ante sus apodos que solo se decían en la intimidad y acarició las piernas de Jimin hasta llegar a su miembro, Jimin estalló en gemidos cuando Kook lo llevó a su boca y empezó a succionar y luego a lamer toda la extensión de Jimin. 

—Kook, si... ¡Ahh! si... sigues así... me vendré.

—Hazlo, quiero sentirte todo.

Así fue, Kook no se detuvo haciendo la felación más exquisita para Jimin, hasta que ya no pudo más y los espasmos del orgasmo se hicieron presentes  y Kook tragó toda la esencia de Jimin. Luego subió dando besos por todo su cuerpo hasta volver a los labios de su Mochi.

—Kook?

—Si, amor.

Jimin abrió sus ojos, su respiración se regulaba. 

—Te quiero dentro de mi.

Jungkook sonrió y buscó por todos lados con la vista, quería lubricante.

Nunca deje de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora