who are you? || [km]

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Actualidad.

"Otro día más", repetía su mente cada día al despertar y no tener ese pequeño cuerpo entre sus brazos, listo para besarlo y mimarlo.

Era lunes y, apesar de haberse encontrado con su bebé ayer, estaba triste. JiMin últimamente llegaba más cansado a su casa si es que siquiera iba ya que siempre estaba ocupado.

Según lo que le había dicho, "Estaba muy ocupado con sus clases de teatro" pero cuando fue a su institución le contaron de que él había abandonado. Le ponía mal que no quisiera contarlo, pero respetaba su desición y no era como esos tipos de novios tóxicos que necesitaban saber que hacía el otro todo el tiempo, si necesitaba espacio se lo daría.

Hoy le iban a trasladaban de lugar, ya que los rumores resultaron ser ciertos, una empresa más grande había comprado la suya, y él más sus cercanos amigos no fueron despedidos por suerte. Una vez llegó al lugar lo miró expectante, era grande y elegante el lugar, pasó su tarjeta por la máquina para seguir adelante. Tocó uno de los botones del ascensor y se dirigió al piso en el que estaría su nuevo equipo.

¿Que si se encontraba nervioso? Claro que sí, para que mentir. Se sentía como en su primer día del trabajo, casi literalmente. El lugar era nuevo, los compañeros de seguro que lo iban a hacer, el jefe era nuevo, ¡Todo, absolutamente todo era nuevo!

Realmente iba a extrañar su tranquila y cómoda vieja empresa.

El ascensor marcó que llegó al piso deseado, sacando de sus pensamientos a JungKook. Dió un largo suspiro antes de salir del ascensor y se dirigió hacia su sitio de trabajo recordando las indicaciones.

—da la vuelta por la derecha, sigue derecho hasta que veas una puerta con el nombre de "equipo C"— murmuró, repitiendo las palabras de aquella chica castaña en recepción. Se rió internamente, la chica esa le había dicho que al jefe le gustaba ordenar los equipos por letras del alfabeto y aquello le recordó a su tierno pequeño, al cual también le encantaba hacer eso.

Recuerda cuando una vez le ordenó TODAS las películas que tenía en orden alfabético mientras esperaba a que llegara de trabajar, le dijo eso con una sonrisita orgullosa tan hermosa que, apesar de que en ese orden se le haría casi imposible encontrar la película rápido, nunca lo volvió a su orden original porque esa sonrisita tan bella nunca se podría comparar con nada ni nadie.

Definitivamente ese recuerdo le hizo el día.

Más animado, recorrió el pasillo hasta encontrar su sitio de trabajo. Se adentró al salón el cual resultó ser mucho más grande de lo esperado,con varios escritorios repartidos generosamente por el lugar y con varias personas esperando en el centro de tal.