La princesa de la casa (___ x Diabolik Lovers)

Capitulo VII

—nombre...

Pronuncio el chico tan solo entrar en, la que aparentaba, el despacho del ojirojo.

El mencionado nos miró con el ceño fruncido y después regreso su mirar a algunos documentos.

—estoy ocupado.

Dijo sin desapartar su mirada de las hojas en sus manos.

Hoy en la mañana, cuando desperté no estaba el rubio, pero apareció el peli morado, y me llevó, con el hasta aquí. El chico que parecía como una frágil muñeca, hizo un puchero, mientras fruncía el ceño disgustado.

El empezó a acercarse al escritorio del demonio negro, quien ignoró nuestra presencia.
Entre más se acercaba, más me aferraba a su camisa. El chico en el escritorio daba miedo.

—nesecito su nombre.

—estoy ocupado.

Ah, este chico no me agrada.

¿Cual es mi nombre? Parecerá ridículo pero ni yo lo recuerdo, mi madre no solía llamarme por el, en cambio me llamaba por apodos infantiles o cariñosos. Así que también tengo la duda.

—¡no te tomará mucho tiempo!— grito el chico agudizando su voz.

—aah...—suspiro el pelinegro. Saco de su cajón unas hojas y finalmente hablo— no dice...

¿No dice? ¿¡Cómo no va a decir?!

El chico siguió intercambiando de hojas, pero al final termino negando y volviendo a repetir lo ya dicho.

—solo ponle nombre ¿Cuál es el problema?

Estaba en shock, el demonio dijo que no tenía nombre, pero estoy segura que tenía nombre hace tan solo un día mi madre me lo dijo... ¿Que rayos? ¿Por qué no lo recuerdo? Pero incluso si lo recuerdo, no puedo hablar, no tendría quien entienda los pocos balbuceos que puedo emitir.

—¿Puedo? — pregunto el niño de porcelana.

— solo hazlo, no me importa y al resto tampoco.

Dijo y regreso su vista a los documentos que estaba leyendo antes de que nosotros interceptamos su concentración.

El peli morado se le quedó viendo unos segundos y después, en seguida, salió corriendo conmigo en brazos a quien sabe dónde.

En poco tiempo llegamos a lo que yo supongo, era su cuarto.

—te dejare tan linda como una muñeca.

Dijo mientras me acomodaba en su cama y se iba a buscar algo.

Observe su cuarto.

Era tan aburrido y de colores opacos y fríos, nada adorable a lo que imaginé de su parte. Aún así, su cama era bastante cómoda, me pregunté el porque tenía esas horribles ojeras con una nube en la cual dormir todas las noches. Le quitaban parte de su ternura.

El chico regreso poco después, sin nada en sus manos.

—creo que lo mejor sería darte un baño primero.

En mi opinión, darme de comer sería la mejor opción ¡Tengo hambre!

El me tomo en brazos y después se dirigió al baño en su recámara.

Para mí sorpresa, el agua estaba ya preparada.

El chico empezó a desvestirme.

Instintivamente me altere. En mi vida pasada era toda una mujer, el hecho que ahora sea una bebé no quita el echo que no me siento ni en lo más mínimo cómoda en que un hombre me cambié ¡Que vergüenza!