CAP. 3

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Fue un colapso inevitable, los estragos y los traumas del pasado se hicieron presente demostrando lo rota que me encontraba, solo estaba ignorando que ya había arruinado mi vida, mi libertad estaba solo en los míseros minutos que dormía o simplemente vagaba en el teléfono, no quería morir sin mérito, quería ser recordada, quería volar y hacer que todo valiera la pena, quería que el mundo viese mis alas.

Pero si quería llegar a siquiera ser recordada por quién dañe debía hacer algo al respecto. Me levanté y sin pensarlo demasiado fui al departamento de Yuri, estaba dispuesta a hablar, incluso llorar frente a él, dejarme caer y desmoronarme frente a él como una galleta mal hecha.

Toqué la firme madera de su puerta, esperando una respuesta de su parte, escuché pasos, entre más de acercaba mi corazón latía más rápido, al punto que se volvió sofocante, pero, ya estaba hecho, la puerta se estaba abriendo dejando ver a aquél joven adulto, aquél que alguna vez fue mi pequeño gatito ahora era un gran tigre.

Su mirada penetró hasta llegar a mi alma, seguro ahora estaba viendo aquella pequeña pulga insignificante en la que me había convertido.

- Hola... Tiempo sin verte. -

Dije de manera nerviosa, no sabía cómo sería su reacción ante todo, el pasado era muy fuerte para olvidarlo, él aún era joven y estaba enamorado, por lo que seguramente su dolor era mayor.

- ¿Qué haces aquí? ¿Quién te dijo que te quería ver? -

Su característica voz molesta me invadió, era más que claro que no era bien recibida en ese lugar; sus ojos verdes me miraban con desprecio y cierta decepción, no iba a culparlo, pues estaba en todo su derecho.

- Solo... Quería verte, al menos una vez más. -

Mis palabras sonaban vacías y carentes de sentimientos, pero, incluso si sonaba dura por dentro era un flan que no dejaba de temblar por algo de aprecio.

- Tu de verdad no entiendes ¿O qué? Te dije que te fueras, cerda. -

Eso había sido duro, una patada bastante baja, tal vez vivía mucho del pasado, la realidad es que el niño de mis recuerdos ya no existe, solo era una ilusión de lo que esperaba obtener sin dar nada a cambio.

- Y-yo solo... -

Mi voz tembló, era inevitable sentir las lágrimas, ¿Este sentimiento tenía sentido? Yuri... Yurii, personas totalmente diferentes, pero irónicamente de nombres iguales, ambos de vieron dañados gracias a mi egoísmo.

Quise hablar pero él lo hizo primero.

- Si vienes aquí solo para buscarme, es mejor que te vayas, deja el pasado donde está, porque ya no deseo nada a tu lado. -

¿Así se siente un puñal en el corazón? Duele bastante, pero no iba a desistir, no había llegado tan lejos solo para una dura palabras.

- Yo lo siento... Todo lo que te hi-. -

Su fuerte voz molesta me hizo callar, por un momento mi cuerpo tembló, él era imponente, ya no era un niño.

- Cállate, cierra la boca, no lo sientes, tú no sientes nada. -

Las suaves arrugas en su nariz demostraban que su ira no era un juego, entonces me tocó recurrir a tratos más sucios, llorar.

- P-por favor, escúchame. -

Sollocé frente a él, su aspecto había cambiado, parecía incluso preocupado ¿Estaba haciendo bien? Lo estaba controlando, era lo que quería ¿Cierto? Un títere...

Mi amigo, mi todo. «Yurio y tú»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora