Capitulo 2: El Choque

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Dos años después de la confesión de mi esposa, bueno ella se fue. Ese día hubo un gran escándalo, ella se me encubrió en todo momento a pesar que intente de detenerla con su plan no pude.

- Mew sabes que este día debería llegar – Linda y Caroline estaban sentadas tomadas de la mano frente mí, contando su plan.

- Pero no así Linda, eres mi amiga y no puedo dejar que toda la culpa la lleves tú.

- Pero saber que nos pueden quitar a Faith si descubren la verdad.

- Pero...

- Te amo amigo y no dejare que por mi culpa todo lo que hemos construido se derrumbe.

- Mew – Caroline tomo mi mano – Faith necesita que uno de los dos este con él, para explicarle cuando entienda el por qué se hizo lo que se hizo y además debes traernos al niño a veces.

- Lo verán seguido de eso no hay duda, pero no quiero que pierdas a tu familia.

- Sabes bien que yo no aprecio a mi familia – en eso tenía razón Linda – ni tu a la tuya.

- Ok, pero si la cosa se complica tendré que intervenir.

- Bueno – ambas me besaron en la mejilla.

Al día siguiente las chicas tenían todo listo para su viaje, se irían a un país bastante lejano para que sus familias no las molestaran y aunque de primero no querían logre convencerlas para enviarles dinero mensual hasta que se establezcan bien. Cuando llego el momento de hablar con sus padres las acompañe a la casa de Linda, pero no entre.

Los padres de Linda se comportaron como ya temíamos, la sacaron de la herencia, bloquearon cuentas y le dijeron que se olvidara que tenia familia, los padres de Caroline sabían ya hace tiempo porque antes de viajar a Tailandia les conto la razón de su viaje. Así que ambas estaban sin familia, pero felices.

- Tu sabias de esto ¿cierto? – me dijo mi ahora ex suegro, cuando en la noche fue solicito una reunión con mis padres y yo.

- No, Linda llego ayer con ella y me comentó lo que pasaba.

- ¿Por qué no la detuviste? – el señor Lyn estaba bastante enojado – acaso no eres su esposo.

- Señor Lyn le pediré que no levante la voz, esta no es su casa – mi padre me vio con desaprobación – si bien yo soy su esposo no tengo como prohibirle que ella se valla, créame que le pedí que no hiciera lo que hizo, pero no hubo caso.

- Hijo – mi padre me apretó el hombro, creo que es su única forma de demostrar algo de sentimientos – no puedes de dejar que Faith vea a esa mujer, desde ahora ella está muerta para su familia y para nosotros.

- Pero padre...

- Es por su bien, no querrás que tu hijo sufra la vergüenza cuando sea más grande, como crees que lo verán los demás si saben que su madre lo abandono por una aventura con otra mujer.

- Tienes razón padre – no me quedo más que seguir la corriente por el momento.

Ese día Linda Lyn murió para todos, ante la sociedad se dijo que tuvo un accidente y que su pérdida había sido terrible para todos, salió en portadas y noticieros, cuando le conté a mi amiga más tarde no podía creer que sus padres llegaran tan lejos, pero ella estaba súper bien en otro país.

A medida que fue pasando el tiempo y Faith fue creciendo tuve que enseñarle aunque fuera malo a mentir, pues lo llevaba de viajes unas tres veces al año a ver sus mamis como él les llamaba, mis padres empezaron a sospechar y hacerle preguntas. Un día casi se le escapa y tuve que intervenir, así que le dije que mintiera con respecto al tema de sus mamis.

Ahora ya tiene 8 años y sabe muy bien que su madre lo ama y a pesar que todos dicen que está muerta para él es su adoración. Pero quiere verme feliz así como a su madre con su mami, por lo que esta cada cierto tiempo insistiendo en que cuando encontrare yo un amor con quien compartir mi vida, siempre dice que va a crecer y hará su vida, que no quiere verme solo. La verdad es que ni yo se que quiero, hasta ahora no me he sentido atraído por nadie en mi vida.

- Papá – Faith llego con un regalo – mañana cumples 30 años y quiero sea un gran día para ti.

- Pasaremos un hermoso día hijo como siempre.

- Pues tú pasaras un hermoso día – mi hijo me extendió el regalo y lo abrí, pues dentro había un sobre.

- No entiendo hijo.

- Pues como es sábado pensé que podrías relajarte y le pedí a tu secretario que me consiguiera un boleto para un spa.

- Pero nunca he estado en uno.

- Por eso mismo papá, trabajas demasiado y nunca te dedicas tiempo para ti, si no te cuidas envejecerás antes de tiempo.

- ¿y qué harás tu?

- Pues preparar tu sorpresa.

- Sabes bien que no me gustan esas cosas.

- Papá solo hazlo si, ve y vuelve a la noche muy relajado, yo tendré una gran sorpresa para ti.

Al día siguiente pues fui al spa, primero me hicieron entrar a una sala donde hacía mucho calor, la chica dijo que era para abrir mis poros de la piel, luego de eso me trataron con masajes todo el cuerpo y algunos exfoliantes, para llevarme luego a una piscina a cerrar los poros. Esto de los poros me tenía algo loco, lo último que hicieron fue tratar mis pies y ya era bastante tarde.

Cuando salí ya no estaba el sol y mi cuerpo estaba bastante relajado tal como lo dijo mi hijo, tanto así que llegando a la calle donde yo vivía no vi el auto estacionado y pues hasta ese momento duro mi relajo.

- Eres un verdadero imbécil – escuche a lo lejos, pues el choque no fue fuerte debido a la poca velocidad en la que iba, pero aun así me sentía algo aturdido – bájate estúpido.

- Lo siento... - al salir no pude seguir hablando, pues la persona que estaba frente a mi era como un ángel, lo primero que pensé es que había muerto y esto era el cielo, pero el chico seguía moviendo sus labios y yo no podía escuchar más que un canto angelical.

- Maldito seas – el chico me despertó de mi ensoñación con un golpe en el rostro – el auto no es mío, que no escuchas, es de mi primo y ahora que vas a hacer para solucionar esto.

- Pídeme lo que quieras – que mierda estaba hablando, no sabía conjugar ni siquiera una oración.

- No es para tanto, solo debes arreglar el auto – el chico se alejo un poco y yo tome su mano.

- Eres muy bello – insisto no sé donde esta mi cerebro – lo siento – solté su mano y saque una tarjeta de mi auto – este es mi numero, puedes llamarme y veré que solucionen lo del auto.

- Así que Mew Suppasit – las personas cuando me conocen siempre se ponen coquetas, pero este chico guardo la tarjeta y me dio un pañuelo – tienes sangre en el labio, no me disculpare por el golpe porque te lo merecías, te llamare por lo del auto.

Lo vi subir al auto y encenderlo, ni siquiera me había dado cuenta que había más gente dentro. Lo único que descubrí fue a mi corazón, no sabía que este podía latir tan fuerte y menos por un desconocido.     

Amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora