Él se colocó una campera que había comprado en un local de ropa y se levantó la capucha para ocultar su rostro bajo esta.
Yo lo acompañaba a su lado, lo observé de reojo y pude apreciar sus ojos azules que brillaban cual lucero repletos de lágrimas y una expresión de dolor dibujada en su imágen. Mis palabras realmente lo habían lastimado?
Ingresamos al fino hotel, Jared se quitó la capucha y acomodó su ondulada melena castaña.
-Señor Leto! bienvenido a nuestro hotel! Es un privilegio tenerlo aquí- Jared asintió en modo de agradecimiento con una leve sonrisa algo forzada.
-Usted tiene una habitación desocupada?
-Por supuesto. Tengo una habitación muy bella con cama matrimonial. Qué opina usted?
-Claro, denos esa.
Un momento. Cama matrimonial? Qué acaso debía que dormir con el asesino de mi madre? De ninguna manera.
Lo miré y le dí un golpe en el brazo.
-No pienso dormir contigo- Le dije bisbiseando.
Una sonrisa torsida se formó en su rostro- vamos a ver nuestra habitación linda.
Mi odio hacia él se intesificaba, no lograba asimilar por qué me estaba haciendo esto. Por qué me obligó a escapar con él ? por qué no escapó solo?
-El cuarto es todo suyo señor Leto- el hombre le entregó las llaves en sus manos.
-Muchas gracias. Pasa Megan.
Entré a la habitación, Un bello candelabro colgaba en el centro del living, en el fondo de este había una gran chimenea humeante, el suelo estaba cubierto por una alfombra roja y antiguos pero delicados muebles decoraban la habitación dandole un aura a elegancia.
Miré a Jared disimuladamente, él me contemplaba desde el sofá con sus piernas cruzadas una arriba de la otra y sus brazos extendidos a los lados de su cuerpo sobre el sofá.
-Te gusta?
Debo admitir que era un bello lugar pero no se lo iba a demostrar a él.
Encojí los hombros.
Escuche a Jared gemir de dolor. -Mi hombro- Se quitó la campera dejando al descubierto una gran mancha escarlata que había teñido su remera de rojo, se despojó de su remera para ver la herida con más claridad.
No pude evitar que mis ojos se claven en su cuerpo perfectamente esculpido, bajo su abdomen marcado podía divisar unas cuantas venas que resaltaban en su piel las cuales provenían de abajo de su pantalón.
Sentí la sangre de mi cuerpo hervir, mi cara estaba caliente y sonrojada,traté de evitar que Jared mire mi reacción ante ver su torso desnudo así que empecé a caminar dandole la espalda.
-Megan Cubbins te sonrojaste?
Volteé y él me dió una sonrisa pícara algo arrogante.Una parte de mi se sentía atraída hacia él pero la otra parte lo odiaba. Cerré mis ojos tratando de olvidar su figura y concentrarme en lo que en verdad era.
-Megan necesito que me ayudes con mi herida- Jared se sentó sobre la mesada - Fíjate en el botiquín a ver que encuentras
Me dirigí al baño, saqué el botiquín de atrás del espejo y lo llevé hacia la mesa. Dentro de él había unas pinzas, gasas,cinta, alcohol y otros elementos pero eran inservibles en esta ocasión.
-Necesito que extraigas la bala con aquella pinza Megan, puedes hacerlo?
-Qué extraiga la bala? No soy doctora y si te lastimo? Tienes que ir al doctor Jared.
-Ahora te interesa mi salud? No voy a salir sabiendo que aquellos hombres nos estan persiguiendo allí afuera Megan.. si nos encuentran...Solo,solo hazlo!
Tomé la pinza y la desinfecté con el alcohol,me acerqué a la herida de Jared, limpie la sangre que se había derramado por su hombro. Antes de sumergir la pinza dentro de su herida me tomo de la mano delicadamente.
-Por favor ten cuidado
Asentí. Coloqué la pinza dentro lenta y cuidadosamente y extraje la bala sin ninguna complicación. Le coloqué la gasa y se la pegué con la cinta -Listo.
-Gracias doctora Cubbins.
Le di una sonrisa fingida -voy a recostarme un rato- tomé un fibrón y un papel y me dirigí a la habitación.
