Cuenta Jared:
Ella me había bofeteado,estaba enfadada conmigo,pero no era culpa mia que aquellos le hayan implantado esa absurda idea en su cerebro de que yo era un asesino.
-Mi amor no me recuerdas?
-Tú no eres nadie para llamarme amor. Eres un asesino,asesinaste a mi madre Constance.
Hay dios esto esta muy mal. La había perdido.Me odiaba. Estan logrando justo lo que querían, que sienta que quiera abandonar esta vida, que me sienta solitario, sin nada que perder,lo único que me mantenía en pie para no derrumbarme era mi hermano y Megan ,aunque ella haya desarollado un gran desprecio hacía mi persona.
-Te están engañando Megan! No escuches una palabra de lo que te digan! Te han borrado la memoria, Megan no me ignores tienes que escucharme!
Ella continuó ignorando mis advertencias desechandolas como si fueran basúra.
-Jamás confíes una palabra de lo que te diga, me has entendido? Lo digo por tu bien Meg.
Ella asintió luego de escuchar las palabras de Cole.
Ellos se retiraron. Cole tomó a Megan de su mano llevandola con él hasta la puerta. Megan volteó y me observó. Por un momento creí que ella me recordaba, que aún tenía aunque sea un diminuto recuerdo de mi en su memoria,pero no fue así.
-Me vengaré de ti Jared Leto.
Cada una de sus palabras me herían, la forma en que pronunciaba mi nombre con furia y menosprecio me hacía deseear que en este momento me hubiese llamado de otra forma.
Me dejaron solo con un par de guardias y Magnus.
-Bien ,qué te pareció la nueva Megan? Tuvimos una pequeña charla antes de venir aquí, al parecer se creyó cada palabra- él rió - que ingénua.
-Por qué no cumpliste tu promesa? Por qué?!
Él paso la mano por sus gruesos labios y comenzó a reír mientras cubría su boca- Eres igual de ingénuo que tu chica si decidiste creer en mi palabra.
Cuando las personas estan desesperadas hacen cosas estúpidas, y mi estupidez fue confiar en Magnus Martinsson.
-Que harán conmigo ahora? Dejar que me pudra aquí en este repugnante sitio?
-Si es necesario...o puedes matarte y terminar con todo esto.
-no- negué firmemente.
-Entonces te pudrirás aquí - Cerró la puerta tras él con un inmenso estruendo.
Ya había atravezado por mi cabeza la idea de asesinarme, pero no tenía las agallas, temía por el futuro de Shannon ,de Megan, de la banda... 30 Seconds To Mars se derrumbaría..no podía acabar con mi vida. No ahora.
Recordé el pedazo de vidrio que había visto en el suelo y comenzé a buscarlo. Estaba a mi lado, un poco alejado pero podía alcanzarlo con mi pie.
Tenía que escapar de aquí por más devastado me sintiera, todavía tenía esperanzas de que mi hermano se encontraba sano y salvo. Así que puse en marcha mi plan.
-Necesito orinar señores.
-Hazlo
-Solo. Vamos muchachos es incómodo que vayan ver mis partes intimas
-Agh,De acuerdo,pero apúrate- dijo uno de los guardias.
Ambos se dirigieron a la salida. Una vez fuera puse en curso el escape,tenía que actuar rápido antes que ellos me vieran, sino todo se vendría abajo.
Atráje el vidrio con mi pie. Agaché mi cabeza para tomarlo con mi boca y me estiré lo más posible para alcanzar mis manos, luego de varios intentos logré tomar aquel trozo de vidrio con mi mano,este casi se resbaló por el sudor de mis manos pero lo sujeté con fuerza antes que caiga,unas gotas de sangre cayeron al suelo.
Comenzé a cortar la soga, era demasiado gruesa para cortarla del todo. Mi mano sangraba por sujetar ese objeto filóso con tanta fuerza.
-Tu tiempo se acabó- uno de los guardias entró repentinamente.
Con una mano simulé levantarme la brageta del pantalon mientras sostenía el vidrio con la otra,aproveché para limpiarme la sangre en la parte trasera de mi camisa desabrochada con disimulo.
-Gracias por salir y no ver mi miembro.
-Como sea Jared Leto.
Me concentré de nuevo en la soga, esta estaba casi cortada,necesitaba un simple tirón y esta se cortaría.Era mi oportunidad para escapar y huir con Megan, aunque ella no quiera, iba a llevarla conmigo.
Tiré finalmente de la soga haciendo que esta se rompa. Tenía un punto a favor, los guardias estaban desarmados, y también uno en contra, ellos eran enormes y robustos con una gran musculatura.
Corrí hacia la puerta, uno de los guardias me tomó de mi camisa y me lanzó lejos de la salida. Me levanté. Ellos bloquearon la puerta son sus cuerpos. Yo aún tenía el trozo de vidrio en mi mano así que con un movimiento fugaz se lo inserté en el cuello de uno de ellos y aproveché la guardia baja del otro para escabullirme por la puerta y quitarle el arma.
