Él, era ese café caliente que disfrutas cada mañana.
Él, era el paraíso y el infierno andante.
Él, era un tormento de alegría pero un ciclón en sus días de furia.
Él, era brisa veraniega: cálida y satisfactoria que a mi cuerpo mojaba cada amanecer.
Él, era lo dañino y lo que para mí estaba bien.
Él era todo lo que anhelaba pero no podía tener.
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Agujeros De Un Corazón Acribillado (Completa)
PoésieHay amores que al irse te dejan en un abismo profundo del cual te toma tiempo salir. Pasas noches y días pensando en aquella persona causante de tu dolor, lloras hasta que te quedas sin lágrimas, y maldices hasta que ya no te queda más insultos por...