'Cause you hold me like a woman
In a way I've never felt before
And it makes me wanna hold on
And it makes me wanna be all yours
"¿Está perdida señorita?"
"Creo que es la primera vez en mi vida que estoy en el lugar correcto, sensei"
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Desde este momento dejo constancia de que todo lo que sucedió
Fueron un manojo de momentos soñados que nunca debieron ocurrir...
-Disculpe señorita pero no creo que este sea el lugar que usted busca, esto es un dojo-mencionó señalando el cartel que tenia un logo de "cobra kai"
Después de salir del pequeño trance en el cual me habían dejado esos hipnotizantes ojos, le respondí
-D...de hecho-carraspeé un poco- De hecho Miguel me trajo para aprender karate y así manejar mi ira...sensei
Me miro un par de segundos hasta que sacudió su cabeza y me dijo en un tono confundido
-Lo siento, no aceptamos mujeres en el dojo
Demonios! iba tan bien...sensei
-¿Por qué?- dije con el ceño fruncido
-Por la misma razón por la cual no hay mujeres en el ejercito. No tiene sentido
Al parecer la chispa se extinguía más cada vez que este sexy sujeto abría la boca
Oh a quien engaño, mis hormonas exigen más. Quien soy yo para negarme?
Me acerque lentamente hasta quedar a pocos centímetros de distancia de el. mientras que el trataba de no mirarme muy fijamente. Fallando en el intento por supuesto.
-Déjeme enseñarle que le conviene mucho mas tenerme en su dojo que tenerme en su contra...sensei- susurre lo ultimo en su oreja causándole un temblor en el cuerpo, el cual sentí al tocar su brazo
Estaba a punto de responderme pero Miguel salió al ver que ninguno de los dos entraba.
-Sensei?
Me separe rápidamente, satisfecha de dejarlo con dudas
-Creo que será mejor que me vaya Miguel, tu sensei no acepta chicas en el dojo- hice el ademan de irme hasta que escuche al sensei
-Entra, sácate los zapatos y sube al tatami, vamos a ver de lo que estas hecha- dijo mientras entraba al dojo seguido de Miguel, quien me enseño sus pulgares arriba y su sonrisa de emoción
Sonreí de lado al saber que lo había conseguido y que podría vencer a Miguel en dos movimientos, pero rápidamente mi sonrisa se desvaneció mientras entraba al dojo cuando me di cuenta de que me podría descontrolar y herir a mi nuevo amigo.
