2: Quemada

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¿Por qué huí? Se suponía que debía enfrentarla, pero escapé como una cobarde

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¿Por qué huí? Se suponía que debía enfrentarla, pero escapé como una cobarde. Corría sin saber siquiera en dónde iba a parar, lo que más me importaba era alejarme de ella.

— ¡Ririka! — una voz conocida me hizo detenerle. —

Me frené y miré en dirección a mi llamado, ahí estaba una pelirosa de largo cabello con dos coletas y de ojos azules con el brazo derecho en alto para que pueda ubicarla.

— Yumemi. — me acerqué a ella. —

— ¿Cómo estás, lindura? — me saludó con un beso en mi mejilla. — ¿Vas para el salón? Vamos juntas, yo también iba para allá.

Sin darme tiempo de respuesta, Yumemi prácticamente me arrastró hasta nuestro salón de clases. Al llegar ahí dentro, iba a dejar mi mochila en el banco que comparto con mi hermana, pero mi amigo me lo impidió.

— Ven, no creo que a Kirari le moleste que hoy te sientes junto a mí. — hice caso y me senté junto a ella. —

Observé a Yumemi por un momento, parecía pensar algo.

— Entonces... — alargó la última e. —¿Me dirás por qué estabas corriendo? Y no me digas que es porque llegabas tarde, porque todavía faltan unos diez minutos para que suene el timbre.

«Vaya, si que es astuta». Pensé.

— Me– me crucé con Mary en el pasillo. — dije sin rodeos. —

— Oh. — solo esa pequeña palabra salió de sus labios. —

— ¿Es normal que duela tanto? Digo, cuando estaba viniendo me sentía bien, pero cuando la ví todo se me vino abajo. — confesé cabizbaja. —

— Este. Solo ha pasado una semana, no es como si fueras a olvidar esos dos años de la noche a la mañana.

Solo me limité a asentir, ella tenía razón, supongo que en algún momento llegará el día en que pueda sacar a Saotome de mi corazón.

El timbre sonó y el profesor junto con algunos alumnos ingresaron en el salón, y el señor comenzó a impartir la asignatura.

El timbre sonó y el profesor junto con algunos alumnos ingresaron en el salón, y el señor comenzó a impartir la asignatura

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En el recreo ambas fuimos a buscar a mi hermana y a nuestro grupo de amigas. Cuando no encontramos, todos nos saludaron y nos ubicamos bajo uno de los árboles y comenzamos a platicar sobre lo que habían hecho el durante el fin de semana.

Era una charla animada, pero no para mí, tan solo me limitaba a escuchar y asentir. Sentía sus miradas sobre mí, pero la de Yumemi era diferente, odiaba ser vista de este modo, no me gustaba parecer frágil ante los demás.

El timbre volvió a sonar y era hora de volver a clase, por fortuna o desgracia lo que tocaba en este momento era educación física.
Iniciamos la clase con un calentamiento breve y después unos trotes en la pista. Luego de que todas hayan terminado la profesora armó dos equipos e hicimos un juego de quemados. Algo en que solemos destacar Kirari y yo, es en este juego, ambas odiamos perder, consiguiendo que siempre al final solamente quedáramos nosotros dos en una disputa por ganar el juego.

— ¡Tú puedes, Ririka! — escuché el grito de Yumemi. —

Luego de ese aliento lancé la pelota con gran fuerza a mi hermana, con mucha dificultad, Kirari había logrado esquivarla, tomó la pelota rápidamente y esperaba un buen momento para lanzarla. Estuve atenta, esperando que que me tirara la pelota, finalmente Kirari la había lanzado, el lanzamiento no era tan fuerte, pero tampoco era débil. Estaba lista para atraparla y ganar, aunque no contaba con que vería pasar a mi ex pareja junto a una pelinegro caminar juntas de la mano. Me quedé estática y la pelota impactó de lleno en mi estómago.

El silbato del profesor sonó y el juego terminó dejando a mi hermana como la ganadora. Me tendí en el suelo tratando de recuperar la respiración, Kirari me tendió la mano ayudándome a levantar y Yumemi me dió agua para que me aliviara.

 Me tendí en el suelo tratando de recuperar la respiración, Kirari me tendió la mano ayudándome a levantar y Yumemi me dió agua para que me aliviara

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— Oye, lo siento. No quise golpearte.

Yo tan solo le sonreí tranquilamente.

— No te preocupes, fue mi culpa por haberme distraído.

— ¿Por qué lo hiciste? No es normal que eso te pasara en un juego de quemados.

— Ví a Mary pasar junto a Yumeko. Cada que las veo juntas siento como el corazón se me desmorona. Duele, duele mucho. — dije con la mirada gacha. —

Sentía que las lágrimas iban a salir en cualquier momento, mi hermana se posó ante mí y me abrazó, yo la recibí gustosa, sintiendo como mi dolor de iba calmando.

Hola! Acá les dejo el capítulo dos, espero les haya gustado. Actualicé dos días seguidos no mames. Nos leemos en la próxima, bye!

Apostando por tu amor || MeaririDonde viven las historias. Descúbrelo ahora