1: Coincidencia

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Ya no quiero llorar, odio hacerlo, pero ¿Qué más puedo hacer, si perdí todo aquello que más amo? Durante un tiempo la noté distante, pero esta traición terminó destruyéndome por completo

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Ya no quiero llorar, odio hacerlo, pero ¿Qué más puedo hacer, si perdí todo aquello que más amo? Durante un tiempo la noté distante, pero esta traición terminó destruyéndome por completo. Debí hacer caso y escuchar las palabras de mi hermana y su novia.

Siempre fuí una chica muy tímida y nunca supe cómo demostrar afecto a las demás personas. Aún así me gustaría creer que no me merezco esto, aunque de nada me sirve lamentarme por lo sucedido, ya es tarde. Ahora debo enfrentar y superar este dolor.

Estaba tan metida en mis pensamientos que no había notado el momento en que alguien había entrado en mí habitación.

— Tienes que bajar a comer algo, Ririka. Mamá está muy preocupada por tí. — escuché la voz de mi hermana cerca de la ventana —

La radiante luz del día castigó mi vista al instante, casi cegándome por completo, inmediatamente me escondí entre las sábanas intentando proteger mis ojos del gran brillo que entraba por la ventana. Sentí hundirse la mitad del colchón, y entonces fuí destapada hasta un poco más debajo de mi cintura, la mano de mi hermana viajo por mi cabeza y comenzó a acariciar mi cabello. Involuntariamente un sollozo salió de mi boca, odio sentirme así, que me vean de esta manera: Frágil.

— Ya, ya pasará. Sé por el dolor que estás pasando, pero eres más fuerte que esto, y mucho más mujer para ella. Le diré a mamá que luego bajarás, ponte a dormir si quieres. — depositó sus labios en mi frente y se levantó de la cama para irse. —

Al marcharse cerró la puerta con absoluta delicadeza intentando hacer el menor ruido posible. Pensé en lo que me dijo Kirari, quizás hoy baje y trate volver a mi vida, la vida que llevaba antes de conocerla.

Lentamente despegué mis ojos con vista al techo, el ruido de la alarma me despertó, tomé el celular de la mesa de luz y la apagué, el silencio volvió a reinar en la habitación, ya me escondí durante el fin de semana, debó volver a la universidad y...

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Lentamente despegué mis ojos con vista al techo, el ruido de la alarma me despertó, tomé el celular de la mesa de luz y la apagué, el silencio volvió a reinar en la habitación, ya me escondí durante el fin de semana, debó volver a la universidad y enfrentar a la realidad.

Hice mí rutina de aseo y lo que normalmente hacia antes de que me rompieran el corazón.
Luego de vestirme me senté frente a el espejo para peinarse, empecé cepillándome de manera lenta y pausada, dudé en si hacerme algo particular o dejarme el cabello suelto como habitualmente suelo llevarlo. En estos momentos me gustaba sentirme linda al terminar de peinarme, pero el engaño me quitó todo rastro del poco autoestima que tenía.
Al final opté por lo último, estoy lista para regresar a la universidad.

Cuando bajé, en la cocina pudé observar como mi hermana y mi madre estaban desayunando y yo me les uní, ellas conversaban animadamente, yo tan solo me limitaba a escucharlas

Luego del desayuno ambas fuimos al baño a cepillarnos los dientes, Kirari se había delantado, yo por el contrario, fuí a buscar la mochila a mi habitación, me despidi de mi madre por último y salí detrás de mi hermana para alcanzarla e ir hacía la universidad. Un punto a favor es que queda relativamente cerca de nuestro hogar, por lo tanto siempre aprovechamos para ir caminado.

— Ririka, ¿Estás mejor? — oí preguntar a mi hermana con voz dulce. —

No dije nada, tan solo asentí. No es como si fuera a olvidar todo el amor que tenía por mi ex de la noche a la mañana, pero soy consciente de que si quiero salir adelante, debo enfrentar los problemas y no esconderme de ellos.

Cuando llegamos a la universidad ambas nos separamos, mi hermana fue a buscar a su novia, yo por mi parte, solo me encaminé al salón del clases.

En el momento en el que doblé por el pasillo izquierdo mi cuerpo chocó con una figura que conozco de cabeza a pies, que me hizo caer hacía atrás, aterrizando con mi trasero en el piso. «Qué coincidencia, justo como cuando nos conocimos» pensé.

— Ri- Ririka... — hice lo posible por levantarme e irme rápidamente. — ¡Espera, Ririka!

No hice caso a sus palabras y salí corriendo de allí sintiendo como se me arrugaba el corazón más y más.

...

AHHHHHHHHHH NO SÉ NARRAR.
Hola! Espero les haya gustado, debería actualizar otras cosas, pero ando acá xD.

Apostando por tu amor || MeaririDonde viven las historias. Descúbrelo ahora