— Ya Mary, basta. — le implore a mi novia entre risas. —
Ella me ignoró por completo y siguió haciéndome cosquillas, yo por mi parte, reía como una una loca desquiciada, el estómago ya comenzaba a dolerme. Luego de un par de segundos dejó de hacerme cosquillas y se paró. Con todo el valor que logré reunir aproveché su distracción para pararme de la cama y me acerqué a su rostro con la intención de besarla, Mary se dió cuenta de mi plan y se me adelantó por completo, tomándome desprevenida me besó.
Era un beso lento por parte de ambas, sus manos se posaron lentamente en mi cintura, yo por mi parte entrelacé mis brazos en su cuello, llevando mis manos a su cabeza escondiendo mis dedos en su cabello.Al separarnos las mariposas revoloteaban por todo mi estómago y mi corazón estaba descontrolado, sus ojos café claro de posaron en los míos y me sonrió, sentí mis mejillas arder, a veces odiaba tener la piel tan pálida, de seguro me veía como un tomate.
— ¿Por qué te sonrojas? — su pregunta me confundió y pareció notarlo porque se corrigió al instante.— Quiero decir, Llevamos un año y medio juntas, deberías estar acostumbrada.
— Y– yo… lo siento. — dije con la mirada hacia abajo, no sabía que decir. —
— Olvídalo. La noche aún es joven, ¿Quieres hacer algo?
— Da igual, podemos hacer lo que tú quieras.
— ¿Lo que yo quiera? — preguntó con una sonrisa traviesa. —
Sin darme un tiempo a responderle, se lanzó sobre mí encima de la cama sin dejar caer su peso sobre el mío. A diferencia del anterior este era muchísimo más violento que el anterior, abrí mi boca cediendo el paso a su lengua para que se juntara con la mía.
Su boca bajó a mi cuello, dejando besos al rededor de este, tiré mi cabeza hacia atrás dándole más terreno para que ella pueda seguir con su labor, yo tan solo me limitaba a disfrutar.
«Esta mujer va a matarme». Pensé.
La ropa empezaba a estorbar, ambas lo teníamos claro, sin ningún tipo de delicadeza me quitó la remera y la tiró en algún lugar de la habitación, hizo lo mismo con todas las prendas que cubrían mi cuerpo, quedando tan solo en ropa interior. Estaba nerviosa, pero tampoco podía quedarme atrás, hice lo mismo que ella conmigo. Con nuestro cuerpo al descubierto nos volvimos a besar una vez más, para al fin llegar al acto tan deseado.
— ¿Por qué, Mary? — sollocé. —
Ahora los recuerdos invadian mi mente, mientras yo solo me dedicaba a llorar por las noches como esta.
Hola! Aquí el tercer capítulo, ya sé que está cagadísimo, pero espero que les haya gustado.
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Apostando por tu amor || Meariri
FanfictionExperimentar el dolor de una infidelidad es sentir como el corazón es arrancado del cuerpo y desechado sin compasión, Ririka Momobami lo sabía muy bien. Por otra parte Mary Saotome sabía el error que había cometido, y dudaba de que pueda ser perdona...