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El fin de semana llegó, así que el castaño salió el sábado por la tarde, había quedado con el azabache y eso lo tenía contento.
Al llegar al parque, visualizó a un moreno con ropas negras y ajustadas a su tonificado cuerpo, botas militares negras, además traía un arete en su oreja izquierda, el cabello peinado tan meticulosamente que lo hacía ver como un macho azotador por el que se dejaría hacer hasta lo inimaginable.
Lo observó más de cerca, tan embobado estaba que no sintió la vibración de su celular, caminó hacia él y... Esperen...
¡¿Ese es SeokJin?!
— ¡¿Jin-hyung?! –Preguntó casi histérico al ver al muchacho con porte de gótico, su pulso se aceleró al ver sus preciosos ojos delineados en ese rostro tan puramente mal encarado.
— ¿Quién demonios eres? –Preguntó con voz profunda, casi, casi, parecida al tono que usaba cuando andaba en su "papel" de médico.
— ¿Có-cómo que quién soy? ¡Hyung no me vengas con los mismos juegos! –Esta vez sí estaba furioso.
—Mira, niño. –Se puso de pie y le dedicó una mirada odiosa. —No sé quién carajos seas, pero a mí no me hablas así. –Lo tomó del cuello de la camisa y lo acercó a su rostro. —Lo mejor que puedes hacer, es perderte si no quieres que tu bonito rostro impacte contra el pavimento. –Lo soltó y se sentó de nuevo en la banca sin mirarlo.
Estaba en modo Jungshook.
Quería llorar.
Jamás pensó que el mayor lo trataría así.
Mientras tanto, el bad boy leyó un mensaje de la persona con quién se encontraría en el lugar, cancelando a último momento, haciéndolo enojar más.
—Estúpido TaeHyung. –Siseó entre dientes y se puso de pie de nuevo, vio que el castaño seguía ahí pero esta vez, lloraba en silencio, notó como temblaba y algo en su interior se removió, había sido muy rudo, quizás demasiado.
Suspiró con pesadez y se acercó al chico sigilosamente.
—Niño. –Lo llamó con el tono más suave que podía. No quería empeorar las cosas.
— ¿Por qué me tratas así, hyung? –Lloraba sin levantar la vista.
—Eh... Yo... Lo siento. –Dijo con dificultad, no le gustaba hablar con desconocidos. —Mmm en señal de disculpa... ¿Quieres ir por un helado?–Se sentía torpe, el niño no dejaba de llorar.
La respuesta fue un sorpresivo abrazo que lo desconcertó totalmente, pero no apartó al muchacho, sólo palmeó su cabeza con amabilidad, lo único que quería era que dejara de llorar.
—Ya, ya... De verdad lo siento. –Siguió disculpándose suavemente.
Al escuchar como "su" hyung le hablaba, se tranquilizó, las lágrimas cesaron y poco a poco se separó del cálido cuerpo del mayor para mirarle a los ojos.
— ¿Estás en otra apuesta, hyung? –Preguntó mientras secaba su rostro con el pañuelo que el azabache le extendió.
— ¿Apuesta? –Alzó una ceja confundido. —Mira, no sé de qué hablas, en serio, ¿de dónde me conoces? –Su tono de voz se mantenía para no espantar al muchacho.
—No es divertido, SeokJin. –Respondió con malestar.
«¿SeokJin?» repitió en su cabeza, fue entonces cuando lo entendió, el chico lo estaba confundiendo con su hermano menor. «Por Dios, ¿ese inútil no le dijo que tiene tres hermanos idénticos? Con razón se puso así por mi trato.» Pensaba, viendo la carita tan bonita del chico, con su naricita roja y el contorno de sus ojos igual, se veía tan tierno.
—Perdóname, bonito. –Dijo después de unos segundos de observarlo. —Venga, vamos por el helado, sé que te hará bien.
Lo tomó de la mano con cariño y caminaron hacia una heladería cercana, JungKook se sintió muy bien después de que el mayor le diera tantas atenciones, aunque seguía pensando en el cambio de actitud, tenía que hablar muy seriamente con él, ¿qué era esa ropa tan jodidamente provocativa?, ¿desde cuándo tenía perforaciones?, ¿por qué dijo que no lo conocía?, ¿qué diablos era todo este circo?
—Es hora de volver a casa, no es bueno que niños tan bonitos como tú, anden en la calle a esta hora. –Dijo el azabache con una sonrisa coqueta mientras caminaban hacia una motocicleta.
Espera...
¡¿Una motocicleta?!
¡A SeokJin no le gustaban las motocicletas!
— ¡Espera! –Dijo el castaño con mucha confusión. —Tú odias las motocicletas. –Dijo mientras veía aquella moto deportiva muy lujosa.
—Ah... Eh... Lo que sucede es que... –Se ruborizó, pues es a su hermano a quién no le gustan las motos, él las amaba. —Mi auto está en el taller así que debo andar una de estas por el momento. –Dijo tan rápido que el otro casi no le entendió.
Recordó que hace dos días le dijo lo mismo pero andaba otro auto...
Su cerebro iba a explotar...
—Como sea, vámonos. –Dijo ya sin ganas de pensar en nada.
Pero antes, tuvo que decirle su dirección... De nuevo... ¿Es que acaso tenía lagunas mentales?
El mayor lo dejó en la puerta de su casa, para odiar las motos, sabía manejarlas expertamente, se despidieron, pero en su mirada, no existía aquel brillo, ¿qué le pasaba?
Entró a su cuarto, cansado mentalmente, sacó su celular y vio que tenía un mensaje.
Jinnie-hyung❤
¡Cariño no podré llegar a nuestra cita! ¡Debo ayudar a mis padres en la tienda! ¡Perdóname por favor! ¡Te lo compensare en la próxima!
02:15 PM
— ¡Esto debe ser una maldita broma de pésimo gusto, SeokJin! –Gritó molesto.
Tendría que hablar muy, pero muy seriamente con ese estúpido azabache.