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Miraba la foto incrédulo, su hyung, su bebé, había cambiado de look y se veía... Bueno... Por Dios...

¡Ese hombre era un pecado andando!

Su corazón palpitó con rapidez, cuanto quería hablar con él, así que sin esperar mucho, lo llamó.

Una... Dos... Tres veces y nada.

Al parecer no estaba disponible y él tenía una gran ansiedad que no desaparecería si no hablaba con el -ahora- peli rosa.

Él siempre supo que ese color le quedaría maravilloso, y casi sufre un colapso al ver lo guapísimo que se veía.

Y pensar que todo eso fue mío alguna vez. -Dijo al silencio de la habitación. —JungKook eres un verdadero imbécil... Mira que perdiste lo mejor que haz tenido en tu corta y miserable vida. -Se decía con desprecio.

Estaba sumido en sus pensamientos mediocres, cuando recibió la llamada que tanto esperaba.

Hyuuuuuuung~ -Canturreó alegre mientras lo veía por la pantalla.

¡Hola Kookie! -Saludó el mayor con entusiasmo. — ¿Cómo estás pequeño?

Extrañándote mucho. -Respondió con un puchero.

Awww bueno, acostúmbrate porque falta mucho para que regrese. -Dijo apenado.

No creo poder soportarlo, hyung. -Al decir aquello sus ojitos se llenaron de lágrimas y bajó la mirada, no quería que su hyung se preocupara.

Ya bebé... -Habló suavemente, tratando de calmarlo. —No es gran cosa, además tienes a Minnie y Hobi, ellos serán tu soporte mientras vuelvo.

Sonrió, y ese gesto iluminó el rostro triste del menor, su hyung era tan bonito.

Hyung, amo tu nuevo look. Te queda perfecto. -Halagó con su sonrisa de conejo.

Oh~ ¿T-tú crees?, ¿no me veo extraño? -Cuestionaba mientras se tocaba el cabello con una mueca.

Para nada, ¿qué sería del color rosa sin SeokJin? -Pronunció aquello de forma altanera, logrando sacarle una carcajada a su interlocutor.

Ambos siguieron su charla por horas, Kook se dio cuenta que el rubio mayor, en efecto, había seguido a su ex novio, alegando que por cuestiones de estudio, había logrado ingresar a una Universidad en Canadá dónde haría su servicio social como pasante en el área legal de dicho establecimiento.

Todo era un enredo, y obvio, él estaba molesto porque ese tipo oxigenado se la pasaba con el mayor mientras que él, estaba a kilómetros de distancia, extrañándolo día a día.

Mi vida no es igual sin ti, hyung. -Dijo abruptamente, interrumpiendo el monólogo del peli rosa sobre unas clases. —Cada día que pasa, me desespero más al saber que no estás conmigo.

El mayor guardó silencio unos segundos, mirando a través de la cámara, la dolida mirada que le daba el menor.

Kookie... -Sonrió triste. —Ya hablamos de esto, es necesario para los dos darnos un tiempo. -Razonó.

Lo sé. -Dijo y miró hacia un costado, sentía que estaba a punto de llorar.

Jin, que odiaba verlo triste, se culpó por causar tal desdicha en el más joven, quería correr y abrazarlo con fuerza, brindándole seguridad.

Yo... Debo irme. En unas horas tengo ensayo. -Comentó con una leve sonrisa. —Fue lindo verte pequeño. Estudia mucho y obedece a noona. Espero platicar contigo de nuevo.

¡Hyung! -Dijo con temor al recibir la despedida. — ¡Hyung no se vaya!

Kookie, debo ir a mis clases, y tú debes dormir. Así que; se un hombre y descansa, hablamos luego.

Le lanzó un beso y cortó la llamada antes de quebrarse frente al más pequeño.

A él también le dolía pero no podía dar su brazo a torcer, ambos necesitaban esa distancia, cuando Kook sea un poco más maduro en cuanto a sus sentimientos, entenderá porque las cosas sucedieron así.

¿Hasta cuándo vas a seguir negándote a nuestro amor, hyung? -Cuestionaba con las lágrimas recorriendo sus mejillas mientras veía su celular. —Me lastimas...

Esa noche lloró amargamente, anhelando poder convencer a su mayor, que esta separación los estaba matando lentamente. 

↬ᴍʏ ʙᴀʙʏ ʙᴏʏ★ [ᴋᴏᴏᴋᴊɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora