La Casa de L (Supercorp)

Capítulo 15

Lena finalmente había llegado al palacio de su familia. No parecía correcto llamarlo su hogar cuando estar con Kara se había convertido en su nuevo lugar seguro. Su madre y su padre le habían sonreído y la habían recibido con los brazos abiertos. Elogiaron a la emperatriz por permitirle venir y visitarla y Lena no tuvo el corazón para decirles que no era una visita, sino una reubicación permanente.

Pasaba los días mirando a la distancia mientras los destellos del tiempo que pasaba con Kara pasaban por su mente. Se preocuparía por sus amigos, especialmente por la situación de Brainy. Pensaría en las emocionadas sonrisas e historias de Ruby. Piense en la necesidad de Samantha de molestarla con Kara cada momento que pueda. Las dulces e inocentes preguntas de Nia sobre cómo fue su tiempo con la Emperatriz. Pero no importa en qué o en quién estaba pensando, sus pensamientos siempre volvían a Kara.

A esos momentos que pasaban caminando juntos en un agradable silencio, simplemente disfrutando de la luz que proyectaba el sol poniente y la brisa que traía la fría noche ... A esos momentos, Kara se quitaba la capa y la ponía sobre los hombros de Lena para protegerla de dicho frío. A esos momentos en los que Kara la veía jugar con los conejitos y tenía esa sonrisa torcida en su rostro. A esos momentos en los que Kara actuaría como una niña petulante y se negaría a comer sus verduras a instancias de Samantha, pero obedecería de inmediato cuando Lena se lo pidiera.

Apreciaría todos esos momentos que pasó con Kara. Todos los gestos amables, todos los lloriqueos malcriados, todos los divagaciones dulces y adorables, las sonrisas tímidas y la forma fuerte y segura en la que trataba a las personas que no eran de la familia. Si esto era todo lo que se le había permitido presenciar, si esto era todo el amor que se le permitió sentir, entonces lo tomaría con gratitud y lo mantendría cerca de su corazón, porque estos momentos que pasó con Kara fueron algunos de los más felices. Irónicamente, pensar en esos tiempos le dio ganas de sollozar incontrolablemente. Es curioso cómo Brainy una vez le preguntó si sabía lo que era el amor y no lo sabía entonces, pero ahora, al estar separada de Kara, finalmente lo entendió.

El amor era increíblemente amable y cálido, pero también increíblemente cruel y frío, y ella lo odiaba. Odiaba cómo todos estos buenos recuerdos estaban manchados por las crueles palabras finales de Kara. Cómo estos recuerdos que iba a acariciar cerca de su corazón eran los que más le dolían. Pero ella odiaba más a Kara por hacer que finalmente se enamorara solo para arrebatárselo en un instante. Por otra parte, sabe que en realidad no odiaba a Kara. No cree que alguna vez pueda odiar a Kara, no importa cuánto dolor la haya hecho pasar.

Se secó las lágrimas con enojo al escuchar pasos. Le sonrió débilmente a su madre y continuó el trabajo que había dejado sola solo porque esa estúpida rubia con sus ojos perfectamente azules y una sonrisa perfectamente dulce había invadido su mente - otra vez . Había empezado a notar las miradas preocupadas que su madre le lanzaba aquí y allá, pero hizo todo lo posible por tranquilizar a su madre.

"Llevas aquí casi una semana". Su madre dice con toda sinceridad: "¿Está planeando visitar la Emperatriz? ¿O te irás a casa pronto?" Preguntó Lillian mientras observaba la expresión de Lena con atención. Vio la forma en que su hija se estremeció ante la palabra hogar, pero se recuperó rápidamente.

"Si no supiera nada mejor, diría que estás tratando de sacarme del palacio". Lena trató de ser liviana, pero sabe que fracasa y, lo más importante, sabe que Lillian sabe que fracasa. Ella todavía se mantendría firme.

"Por supuesto que te quiero cerca. ¡De hecho, no quiero que te vayas nunca!" Lillian le asegura a Lena rápidamente y puede ver que su madre lo decía en serio: "Bueno, tienes tu deseo, madre", piensa con amargura. "Pero estoy preocupado, eso es todo. No has estado comiendo o durmiendo correctamente o comiendo y durmiendo en absoluto ".