La Casa de L (Supercorp)

Capítulo 8

Kara estaba mortificada. No podía creer que actuara así frente a la princesa. Entonces de nuevo, ¿quién podría culparla? La princesa realmente fue un espectáculo para la vista. Incluso la belleza del sol naciente no se podía comparar. Aun así, no debería haber sido tan irrespetuosa como en presencia de la princesa. Estaba bastante segura de que necesitaría un período de adaptación y enfrentarse a la realidad en la que Lena Luthor era ahora su esposa. Con un largo suspiro, decide comer algo antes de empezar a pensar en cosas fuera de su control.

Lena estaba sentada en los jardines disfrutando de un libro en su propio tiempo libre. Nia y Brainy estarían ocupadas todo el día de hoy, así que decidió venir aquí, donde hay paz. El jardín le ofrecía la paz y la tranquilidad que no siempre conocía en el día a día del palacio. Siempre había sirvientes, guardias o miembros de la realeza corriendo. Ayer fue extraño con la llegada de la Emperatriz. Nunca antes había visto a nadie tan descoordinado. Fue un poco entrañable ver que la Emperatriz no era tan aterradora y mala como había pensado, pero de hecho un poco tonta. En el momento del incidente, no había pensado mucho en lo que tenía delante; estaba más preocupada por el bienestar de la Emperatriz.

La Emperatriz ciertamente parecía tan fuerte como muchos habían dicho. Tenía un cuerpo robusto pero con curvas femeninas en todos los lugares correctos. Su rostro lucía angelical e inocente, pero estaba perfilado por una mandíbula fuerte y un hermoso cabello rubio que fluía en ondas perfectas. Pero quizás la parte más llamativa de la Emperatriz fueron sus ojos sorprendentemente azules. Le recordó a Lena un océano en calma, pero Lena era muy consciente del hecho de que el océano nunca estaba realmente en calma. No sabe si quiere saber si la Emperatriz podría ser tan inestable como las olas de los mares tormentosos. Así que sacudiendo todos los pensamientos sobre la Emperatriz, finalmente abrió su libro y se fue a leer.

Aunque tan pronto como leyó una línea escuchó un susurro proveniente de los arbustos cercanos. Dejando su libro, se queda mirando los arbustos, pero no había nada allí, tal vez era solo un animal. Encogiéndose de hombros, recoge su libro y continúa leyendo. Una vez más ha perdido la concentración cuando una vez más hay ruidos provenientes del arbusto. Confundida, se pone de pie y, después de dejar su libro, va a inspeccionar. Lena casi deja escapar un grito espeluznante cuando, con un sobresalto, se da cuenta de que un ser humano se esconde en los arbustos, pero Luthors no entra en pánico, por lo que intenta patear a quien esté allí.

El ser humano sale rodando del arbusto y levanta las manos en un stop motion. Están acostados boca arriba con las manos en alto. Lena reconoce esos ojos azules que ahora la miran suplicantes. Toda la pelea abandona su cuerpo en un instante y va a preguntar qué demonios estaba pensando la Emperatriz escondida entre los arbustos, pero la Emperatriz simplemente pone su dedo índice contra sus propios labios, haciendo un gesto para que Lena se quede callada.

Kara observa como Lena levanta una ceja perfectamente recortada y le hace cosas indescriptibles en sus entrañas. Con un pequeño gemido inaudible, rueda hacia el interior del arbusto, sin atreverse a decir una palabra, esperando que el momento pase rápido para poder salir de aquí.

Lena está bastante confundida por el comportamiento de la Emperatriz, pero no tiene tiempo para pensar en ello. Una mujer se dirige hacia ella. Había visto a la mujer por el palacio, pero nunca le había hablado realmente. Pasaba sus días en compañía de Nia y Brainy o leyendo. "Disculpe la intrusión, emperatriz Lena". La mujer hace una reverencia cortés y su rostro está un poco tenso cuando sonríe a Lena, "¿Quizás has visto a la Emperatriz?"

De hecho, había visto a la Emperatriz, pero a juzgar por las miradas suplicantes que la Emperatriz le estaba enviando, no quería que la encontraran. No puede creer que esté a punto de mentir en nombre de la Emperatriz por razones que ni siquiera conoce. "No, no tengo. Quizás podrías probar sus aposentos ". Sugiere amablemente con su propia sonrisa tensa.