Capítulo Uno.

3.3K 361 41
                                    

Gun Atthaphan estaba tomando una merecidas vacaciones después de una mala racha en su antigua carrera de bailarín de apoyo para cantantes y demás.

Dos años atrás había participado en un accidente de auto. Nada grave (a lo que pudo ser). No costo su vida, pero si algo que él amaba. Su pierna derecha recibió la mayor parte del impacto, pero se recuperó y siguió bailando. Únicamente que su pierna podría perder fuerza y hacerlo caer en medio de una presentación. Ninguna empresa quizo tomarlo, no valía la pena el riesgo por un bailarín de apoyo. Esto, provocó en Gun un leve depresión. Que tras un año, y con mucha ayuda, superó. Ya todo estaba en el pasado. O su mayoría.

Ahora, Gun estaba buscando que podría hacer con su vida, por lo que decidió tomar unas vacaciones en unas cabañas en el bosque. Separadas por varios kilómetros, para mayor privacidad. Justo lo que necesitaba.

Que un cachorro medio moribundo golpeará sus piernas, fue lo último que Gun pensó que encontraría al recorrer el bosque.

Agachándose y acariciando el blanco pelaje, noto cinta y cuerdas alrededor del cachorrito. No quería asustarlo. ¿Qué le abrían hecho para que corriera tan asustado? Era tan pequeño.

Un pequeño ronquido (¿Los perritos roncan?), lo saco de sus pensamientos. El pequeño animal se había dormido. Gun no sabía que hacer, ¿estará perdido?¿debería llevarlo a una veterinaria? Aunque no sabía dónde había una, estaban muy lejos de la ciudad o algún pueblo. Todo lo que pudo pensar se perdió cuando levanto al cachorro y vio un poco de sangre dónde estuvo acostado. No había tiempo para ponerse a buscar un veterinario.

Tomándolo con el mayor cuidado posible partió rápidamente a la cabaña donde se hospedaba.

Una vez allí, se encargó de quitarle las sogas y un gran trozo de cinta que envolvía parte de su hocico. Paso otra vez los dedos por el pelaje buscando de dónde podría provenir la sangre, pero no encontró nada. Solo que las cuatro patas del cachorro tenían rastros de sangre, pero ninguna herida.

Sin saber que más hacer, lo acomodo en el sillón mientras buscaba en internet alguna veterinaria cerca.

Sin saber que más hacer, lo acomodo en el sillón mientras buscaba en internet alguna veterinaria cerca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En algún momento de su búsqueda por el celular, Gun se quedó dormido.

Parpadeando para desperezarse, Gun se estiró hasta que vio algo extraño a su lado.

Un niño.

Un niño en su sillón.

Un niño a su lado.

Un niño envuelto en una manta.

La misma manta con la que había tapado al cachorro.

Definitivamente estaba soñando. No había otra explicación. El había traído a un cachorro, no a un niño. Por lo que la idea de que seguía soñando se hizo más fuerte. Hasta que vio los ojos del niño. Estaba asustado. Y Gun no entendía porque estaba soñando esto.

Un Cachorro y su Humano »OffGun«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora