El té

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Notas de la autora
antes de empezar, me gustaría agradecerles MUCHO. sinceramente, obtuve una respuesta más grande de la que esperaba, ya que wattpad todavía es un misterio para mí y siento que no sé bien cómo moverme por aquí - todavía me da vergüenza publicar, todo es muy diferente JAJJAA

estoy muy agradecida por el cariño y la positividad que ha recibido esta historia. eso hace de este fanfic aún más especial para mí ♥️

y eso. podemos seguir con la programación normal je
¡que tengan una buena lectura!





Yibo, al igual que cualquier otra persona en el mundo, no soportaba los lunes. Era el día que marcaba el inicio de la semana, lo que significaba que era el inicio de la tortura rutinaria del trabajo.

Aun si odiaba la vida cotidiana, no podía quejarse mucho. Era un hombre afortunado con un horario bastante respetado. Era muy extraño que saliera tarde del trabajo, por lo que siempre regresaba a la comodidad de su hogar a la misma hora todos los días.

Debido a su notable suerte, a Wang no le gustaba reclamar sobre cosas como los lunes. Se sentía como un malagradecido cuando mencionaba algo negativo estando en una posición tan privilegiada. Odiaba parecer un ingrato, por lo que al menos siempre intentaba encararlo todo con un mínimo de positividad.

Sin embargo, aquel lunes en particular había tenido la suerte de olvidar llevar su celular al trabajo, lo que le había provocado un viaje de vuelta sin música, donde podía oír todo el mundo exterior.

Y Yibo no soportaba el mundo exterior.

Odiaba escuchar las conversaciones por la mitad, captando solamente las partes más vergonzosas o sin sentido. Odiaba escuchar a las personas hablando tonterías o quejándose de algo inútil. En resumen, era insoportable estar en un lugar sin poder esconderse en su propia burbuja.

Por eso, cuando bajó del autobús y pudo escuchar todos los ruidos de la calle, su humor no estaba para nada bien. Quizás si pisara con más fuerza, sería perfectamente capaz de quemar el suelo de lo mucho que hervía.

Definitivamente ese era su peor lunes en meses. Y no se sentía como un malagradecido por quejarse. Se sentía extremadamente libre de gritar en su mente por lo pésimo que estaba resultando su día.

No era sólo por la música. Su día en el trabajo realmente no había sido para nada bueno, pues nada había salido bien. Por suerte, había sido capaz de arreglar todo dentro de su horario de trabajo para volver a su casa a la hora debida.

Pero el estrés seguía ahí, hormigueando por sus venas, haciendo que Yibo quisiera desquitarlo todo con una pizza, lo que rara vez ocurría.

—Qué sorpresa, ¿pero si no es el muchachito bueno del autobús? —La voz le resultaba conocida, e hizo que Wang se quedase de pie en mitad de su camino para luego darse la vuelta.

Parada en la acera con una pequeña regadera en mano y una dulce sonrisa en los labios, Liao Xue Qiu apareció como una visión. Yibo inclinó apenas la cabeza para saludarla por educación, con ganas de darse la vuelta y salir corriendo a casa.

Para ser sincero, estaba intentando con todas sus fuerzas olvidarse de aquella mujer. Al olvidarse de ella, fácilmente (y finalmente) podría olvidarse del nieto de la mujer, que iba y venía en la mente de Wang con su inmensa y hermosa sonrisa.

Yibo había conocido a Xiao Zhan el viernes, había pensado en él todo el sábado, lo había ignorado el domingo y juró haberse olvidado de él al lunes siguiente. No obstante, allí estaba él, recordando otra vez los pocos detalles que había captado del hombre.

¡Xiao Zhan necesita un novio!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora