5 días para que su querida hija MoonYoung se fuera a estudiar fuera de Corea.
Cada día que pasaba, los recuerdos invadían sus 4 paredes y su hija no paraba de preguntar cosas respecto a su infancia.
Y con solo esos días, se dieron cuenta de la felic...
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Lalisa.
Una de las pocas cosas que yo podía agradecerle a mi memoria, era el hecho de que mantenía aquellos recuerdos y momentos importantes casi intactos, como si hubieran pasado ayer.
Y desde que conozco a JiSoo, no ha hecho más que hacerme vivir las cosas más hermosas que nunca logré imaginar.
A 4 días de que nuestra pequeña –no tan pequeña- MoonYoung fuera a estudiar, solo podía pensar en todo lo que hemos pasado y como cambio nuestra vida con su llegada.
Tenía muchos sentimientos encontrados cada vez que entraba en su cuarto, en el cómo pasó de ser algo extremadamente infantil a ser un cuarto de una casi adulta.
—Por favor, cuando me vaya, no digas que entras todos los días en mi cuarto, me harás sentir culpable.— Reí, Moon se encontraba detrás de mí, tomé el brazo de Young para que se acercara más y poder abrazarla.
—No prometo nada, lamento si llega a ser molesto, pero aun no puedo creer que te vas y yo sigo pensando que tienes dos años. — Mi pequeña se colocó en puntillas para poder alcanzar mi mejilla y poder darle un beso.
—Siempre será así para ti, pero ¿por qué pareces que entras en otro mundo cuando estás aquí? Llega a ser aterrador. — Soltó una risa.
— ¿Te parece si te digo mientras esperamos a mamá?— Y asintió con su cabeza.
Terminamos de entrar a su cuarto, me senté en su cama, mientras que ella, apoyaba su cabeza en mis piernas, algo que hacíamos cada vez que JiSoo llegaba tarde a casa, solo que esa vez, por fin teníamos una razón por la que comenzar a hablar sin necesidad de alguna ayuda.
— ¿Me contarás otra vez cuando conociste a mamá?—
—Ya debes saberla de memoria, pero no, puedo contarla después, ¿quieres saber qué es lo que pienso o no? — Se rio y me mostro su puño con el pulgar hacia arriba. —Está bien, ¿estás lista? —
—Siempre estoy lista. — Dijo con firmeza y a su vez, con ternura.
—Cada vez que paso por esa puerta, recuerdo el día en el que te encontramos. — Antes de seguir hablando, me interrumpió.
—Suena a que me recogieron de la calle. — Su tono indignante me hizo sentir de igual manera, pero cuando sus grandes ojos se entrecerraron al verme, solo quería reír.
—Sabes que no es así, pero déjame hablar, eres igual de juzgadora que Chu. — Young bufó y volvió a acomodarse en mis piernas.
—A pesar de que ninguna era capaz de quedar embarazada, nos puso igual de feliz o incluso más cuando supimos que tendríamos una niña. Estuvimos meses intentando escoger las cosas que pondríamos en tu cuarto, incluso tuvimos una pelea muy absurda por no saber de qué color pintar las paredes. — Reí, realmente era gracioso ver a JiSoo intentando convencerme de que el color morado era mejor porque así combinaría con los peluches. —Al final tuvimos que hacer todo a última hora, pues, nos dijeron que vendrías un día, pero al final se adelantaron y entramos en crisis. —
— ¿En crisis? — Preguntó.
—Se supone que todos tus tíos vendrían a ayudarnos, pero nos dejaron solas porque tu querido tío Bam ganó un viaje de 4 personas, nos quieren tanto. — La pequeña rio. —A pesar de que amanecimos y terminamos increíblemente cansadas, estábamos emocionadas. El adoptar a un niño era la última luz que había, el proceso fue demasiado engorroso, tanto así que JiSoo sintió que perdíamos el tiempo. —
Intentaba mantener la calma y no romper en llanto, pero que ella me estuviese mirando como si contara una gran historia, hacía que mi corazón se volviera cada vez más pequeño.
—Sin embargo, seguimos con el proceso, hasta que por fin se dio. Íbamos a tenerte y ahí sentimos el miedo de no saber qué hacer para cuando ya estuvieras con nosotras, pero cuando te cargué... — No podía aguantar más, las lágrimas salieron y cuando se dio cuenta, se acomodó a mi lado, apoyando su cabeza en mi hombro y entrelazando nuestras manos. —No podía decir que te estaba conociendo, era como si siempre estuviste ahí y solo estábamos esperando el momento indicado para poder encontrarnos. —
—Como si fuera el destino. — La voz de JiSoo nos asustó a ambas y se dejó ver.
—Mamá, ¿Cuánto tiempo llevas ahí? — Se acercó a nosotras, acomodándose también en la pequeña cama.
—Lo suficiente para seguir la historia sin que mi amor llore hasta que no se le entienda una palabra. — Quedé indignada.
—Hace tiempo no dabas un golpe tan bajo Kim JiSoo. — Recibí risas por parte de ambas y así como ella dijo, prosiguió con la historia.
—Lisa tiene razón, parecía que solo necesitábamos verte para saber que no eras como un sueño. Eras tan chiquita que temíamos hacerte daño, aun cuando solo te veíamos. — Nos saludó a ambas con un beso a la frente y finalmente, se acomodó a mi lado.
—Esa noche tuviste mucha energía para solo tener 9 meses, hasta que logré dormirte con una canción, para ese entonces, Chu se durmió al mismo tiempo que tú, intenté dejarte en la cuna, pero empezabas a llorar, así que dormiste con nosotras. — Young sonrió, se colocó en medio de JiSoo y yo.
— ¿Aún recuerdas que canción era? — Sonreí y asentí, Young se paró de la cama y nos tomó de las manos, hasta llevarnos a nuestro cuarto. — ¿Puedo quedarme con ustedes esta noche? —
—Espero que no nos dejes durmiendo en el piso. — Respondió JiSoo.
Cada una se colocó una ropa más cómoda antes de acostarnos y una vez listo, nos encontrábamos tal cual esa noche.
Cada una de un lado, mientras que la pequeña, se quedaba en el medio.
Y sin más, empecé a cantar.
• ♡ •
Pisos de madera y pies pequeños.
Un capullo de flor en el concreto
Me siento tan incompleta ¿me pregunto si alguna vez nos encontraremos?
¿Y sabrías de inmediato cuanto me esforcé por ver tu cara?
Una pequeña pantalla, una fotografía que debo tomar.
Me siento y miro fijamente tu ropa en el cajón, lloro y me duelen los nudillos
Porque sigo creyendo que no será como antes y ahora, de alguna manera, solo te quiero más
Te quiero más
De alguna manera, solo te quiero más
Te quiero más
De alguna manera, solo te quiero más
Y cuando decidas que sea tu hora de llegar
Te he amado toda mi vida
Y nada podría impedirme intentarlo
Te he amado toda mi vida.
• ♡ •
Dejé de cantar cuando noté que ambas se habían quedado dormidas.
