Nueva en el vecindario

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Era increíble como su mundo podría cambiar de un momento para otro, un día estaba feliz y sonriente saliendo con sus amigos y siendo en general una persona dichosa, sintiendo que en la vida no te puede ir mejor que en esos momentos, y al día siguiente ¡PUM! Tienes que tomar un avión a un lugar dónde nunca has estado, volver a empezar de nuevo, dejar todo lo que tenías con la esperanza de que algo mejor se aproxima, o quizá no, quizá sólo te mientes a ti mismo diciéndote que todo estará mejor, que cuando te acostumbres vas a volver a tener todo lo que tenías antes, claro que eso no regresará jamás, aún recordaba la cara de sus amigas cuando lo dijo…

-¡¿LONDRES?!-dijeron ellas-¿Por qué tan lejos?

-Papá dice que es lo mejor-respondió con una sonrisa nostálgica- entre más lejos mejor, pero siempre podemos llamarnos o hacer videollamadas por Skype, no es necesario que estén tan tristes

Recuerda sus rostros tristes en su fiesta de despedida, recuerda sus lágrimas cuando se subió al avión para dejar atrás sus 17 años de vida hechos en México… ah México… su lugar natal, a pesar de que muchas veces se quejó de él, a pesar de que tal vez no fuera el país más limpio o el más rico, cómo lo iba a extrañar. En cuanto arribaron a Londres tuvieron que ir a la estación de autobuses y de ahí tomar un bus a Holmes Chapel, el que sería su nuevo hogar. Nada pudo llenarla más de tristeza que llegar a lo que sería su nueva casa y no es que estuviera mal, para nada, era grande, espaciosa para ser sólo cuatro personas y tenía un bello y amplio jardín, más sin embargo estaba vacía, no habían todas esas cosas que habían en su anterior casa, todo lo que hacía que ella la considerase suya, que la considerase bonita.

-Te va a encantar-dijo su madre en cuanto abrió la puerta principal- es más grande y el vecindario es bonito

-Ajá-dijo ella desanimada mientras entraba a lo que sería de ahora en adelante su nuevo hogar

-Hicimos traer tu cama desde México-dijo su madre- tu habitación está subiendo las escaleras la segunda puerta a la izquierda, tienes una ventana enorme que da a una muy linda vista a…

-Estoy algo cansada-dijo ella- ¿podríamos dejar ésta charla para después?

-Eva…-dijo su madre- sé que el cambio es difícil, pero… tenemos que adaptarnos ¿de acuerdo?

Más sin embargo ella no la escuchó, sólo subió las escaleras y buscó su habitación, se adentró en ella y cerró de un portazo, no estaba mal, era más pequeña que su anterior habitación, pero había una ventana muy grande, un escritorio, su cama, un cabezal nuevo, el clóset, una repisa, un sofá cama y lo que supuso sería un zapatero, no estaba nada mal. Se tiró en la cama y miró las cajas que había para desempacar, ya lo haría luego… sin siquiera saber como sucedió se quedó dormida, la despertaron unos gritos incesantes de la parte de abajo.

“Agh” pensó antes de salir a regañadientes de su habitación

-¿Qué les sucede a todo el mundo?-dijo bajando las escaleras de dos en dos

-Es Bruno-dijo Valerie su hermana pequeña- no me ha dado los cereales que le pedí

-Bien bien, toma ya tus estúpidos cereales-dijo Bruno dándole un plato lleno a la niña

-Estúpido es una mala palabra, le diré a mamá-dijo Valerie enojada

-¿Era tan difícil darle los malditos cereales sin hacer un escándalo?-dijo enojada Eva

-¿Qué dices tú? Sólo llegaste y te subiste a encerrar estando “deprimida” por haber dejado atrás a las estúpidas de tus amiguitas, te diré algo Eva, en un año ya ni siquiera te acordarás de ellas…-después de eso salió de la cocina

Larry Shipper #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora