Baz 1

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Do kyungsoo esta recostado en el sillón.

Estos días, se la vive recostado en el sillón; con sus correosas alas rojas plegadas bajo la cabeza como una almohada y una lata de sidra barata colgando de su mano.

Solía sostener así una espada, como si estuviera pegada a él. 

Al fin llegó el verano a Londres. Llevo todo el día estudiando: tengo exámenes la próxima semana Kim y yo estamos sumergidos en los libros. Ambos hacemos de cuenta que apellido de Do también estudia para sus exámenes. Apuesto a que lleva varias semanas sin pisar la universidad. No se ha parado del sillón mas que ir a la tienda de la esquina a comprar papas fritas y sidra; se ata la cola alrededor de la cintura y oculta sus alas bajo un espantoso impermeable color cuero; parece Quasimodo, o un exhibicionista, o tres niños ocultos bajo una gran gabardina que fingen ser un completo imbécil. 

La ultima vez que vi a kyungsoo sin su cola y sin sus alas. Kim acababa de llegar a casa de unas clases. Le lanzo un hechizo de ocultamiento sin siquiera pensarlo y el se volvió loco.

¡Carajos, Kim! ¡Cuando quiera tu magia, te lo diré!

Su magia.

Mi magia.

No hacia mucho tiempo que toda esa magia le perteneciera.

El era el elegido, ¿no es cierto? El mejor. E mas mágico.

Ahora Kim y yo nunca lo dejamos solo si podemos evitarlo. Vamos a clases, estudiamos (Eso es lo que hace Kim y yo hacemos. Eso es lo que somos) Pero algunos de nosotros siempre esta cerca para preparar el te que Do no quería beber, cocinar las verduras que se niega a comer, hacer preguntas que se rehúsa a responder...

Creo que la mayor parte del tiempo detesta nuestra presencia.

Creo que detesta mi presencia. Quizás debería entender el mensaje...

Aunque Do Kyungsoo siempre ha odiado mi presencia, con algunas excepciones recientes y agridulces. En cierta manera, esa expresión que se dibuja en su rostro cuando entro en la habitación (como si recordara algo terrible) es lo único que aun me resulta familiar.

Lo he amado en peores momentos. Lo he amado sin remedio...

Así que, ¿Qué mas de tener un poco menos de esperanza?

— Creo qué voy a ir por curry — digo —. ¿Quieres algo?

No despega la mirada de la televisión.

Lo intento de nuevo.

— Do, ¿quieres algo?

Hace un mes, hubiera caminado hacia el sillón para acariciarle el hombro. Hace tres meses, lo hubiera besado en la mejilla. En septiembre pasado, cuando Kim y el recién se mudaron a este departamento, hubiera tenido que despegar mis labios de los suyos para hacerle esta pregunta, y quizá no me hubiera dejado terminarla.

Niega con la cabeza.

𝙬𝙖𝙮𝙬𝙖𝙧𝙙 𝙨𝙤𝙣 ! 💌 %  𝘤𝘩𝘢𝘯𝘴𝘰𝘰 ♡ ¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora