2 de Agosto XXXX
Era de día, los rayos del sol entraban por el pequeño balcón del emblema de águila, las aves cantaban una bella canción, era un lindo día.
Sus ojos lentamente se abrían, su cuerpo le dolía, cansado se acomodo en la orilla de la cama, su larga cabellera cubría sus hombros y su espalda llena de cicatrices de tantos años, no traía ropa alguna que cubriera su delicado cuerpo a excepción de un ajustado bóxer de color negro. Tallo sus ojos con sus dedos medio y anular de cada mano.
Parpadeo un par de veces y podía ver el balcón que era alumbrado por la luz del sol, bostezo estirando sus brazos, se levantó de la cama y justo cuando se levantó una paloma de plumaje negro se colocó el borde del barandal.
Rápidamente abrió la puerta y tomo aquella ave con delicadeza, podría jurar que esa criatura la había visto hace tiempo pero no recordaba en donde, sin preguntar nada abrió el cilindro que tenía la paloma, tal vez la carta le diría quién es pero mayor fue su sorpresa al abrir la carta y no encontrar el nombre de la persona que le había escrito.
Eso si que es extraño, recibir cartas de un desconocido, un ligero rubor adornó sus mejillas y un sentimiento de culpa surgió en su pecho.
Su mente se llenó de pensamientos pero el revolotear del ave le hizo olvidar aquello un momento.
– Discúlpame pequeña, te daré agua y comida, me imagino que tuviste un viaje largo– dijo acariciando suavemente aquel animal que se acurrucaba en los brazos del tricolor
Antes de salir de la habitación, dejó la carta en su cama y tomo una bata para cubrir su cuerpo. Camino por los pasillos mientras su mente divagaba en aquella palabra que estaba escrita al final de esa nota y de la carta que recibió.
– Té– menciono en voz alta – Inglaterra... China.. Japón.. Corea del Sur.. – pensaba en quien podría ser aquel country que le escribió esa carta, la duda no lo dejará en paz, además había otro detalle, ¿estaría bien responder esa carta aún sintiendo algo por el ruso?
Todo pensamiento se disipó al llegar al comedor, suspiro cansado, después buscaría quién es la persona detrás de esa carta.
Nuevamente suspiro, con pasos cortos se acerco a la alacena dejando al animal de plumaje oscuro en la barra de la cocina. Se estiró para abrir el mueble y agarrar una pieza de pan.
Agarró pequeñas porciones del bolillo y las acerco al pico del ave que estaba descansando.
– Come esto, veré si puedo darte algo más– dijo dejando lo que restaba de la pieza a un lado de la paloma mientras se retiraba del lugar.
El tiempo pasó y una somnolienta Oaxaca entraba a la cocina pero grande fue su sorpresa al ver una paloma comer un pedazo de pan en la barra del lugar. Sin hacer mucho ruido se acercó, lentamente puso su mano en el lomo del animal y sorprendida vio que esta no reacciono a su toque, sin más desmorono un poco el pan para que le fuera más fácil al ave comer.
– ¿Quién te trago a esta cocina pequeña?– pregunto acariciando la cabeza de la paloma
– Yo la traje a la cocina– respondió el tricolor que entraba a la sala con una manzana en mano
– Buenos días pa– saludo
– Buenos días mi pequeña–devolvió el saludo
– ¿Como es que agarraste una paloma?, que yo recuerde solo tío Perú puede agarrarlas sin problemas– curiosa
– Pues cuando me desperté vi que estaba en mi balcón tirada, así que me acerque para ver que tenia y vi que la pobre esta lastimada – mintió
– ¿¡En serio!?, ¡Déjame ver de donde esta lastimada!?– exclamo preocupada
– ¡No es necesario!, ¡Ya en un rato la curo!, ¡Mientras ve haciendo el desayuno!– devolvió preocupado tomando el ave rápidamente para después salir corriendo del lugar
Aquella reacción de su podre le hizo dudar de lo que había dicho, mostrando una cara preocupada y resignada se dio media vuelta y empezó a sacar las cacerolas para el desayuno, solo esperaba que su papa no estuviera involucrado en algo grave como la ultima vez.
– No... No está– Hablo atónito al revisar por segunda vez el expediente del emblema de águila
– ¿De que hablas?– Pregunto el contrario a través de un celular viejo mientras vigilaba la puerta del cuarto en donde estaba situado CIA
– El expediente de México esta casi completo pero el documento que ocupa tu adorado ONU no esta aquí– devolvió cerrando aquel casillero ligeramente oxidado
FBI se había sonrojado ante aquel comentario, avergonzado aclaro su garganta y se retiro del lugar de manera cautelosa
– Entonces hay que decirle y buscar por otro lado– dijo en voz baja
Un silencio fue lo que recibió como respuesta, la situación se volvió critica en estos momentos, aquel documento que solicito ONU no estaba en el archivo del mexicano y eso le hizo tensar sus hombros pues alguien fue capaz de burlar toda la seguridad del edificio y entrar a la habitación para robar el único documento que es la prueba irrefutable de la culpabilidad de USA. Sus opciones en estos momentos eran dos y realmente no sabía que hacer.
– Dame un poco más de tiempo– dijo buscando en otro de los pasillos del lugar, escuchando un suspiro del contrario y un "Esta bien"
Esto seria más complicado de lo que pensó
Los papeles estaban regados por todo el lugar, las carpetas tiradas y libros viejos ocupaban la mesa junto con la laptop de la organización.
Esperaba poder encontrar algo más pero nada, un resoplido salió de sus labios recargando se en el respaldo de la silla, realmente estaba cansado de estar buscando entre esos documentos, solo pedía que el asunto no fuera a mayores.
– ¿Podemos pasar?– pregunto FBI al otro lado de la puerta
– Adelante– respondió dando un suspiro de cansancio
Rápidamente abrió la puerta y cedió la entrada a la organización que estaba a sus espaldas, acto seguido entró también al cuarto que estaba tapizado de archivos y carpetas
– ¿Trajeron lo que pedí?– hablo enderezando se por completo
– Respecto a eso...– contesto FBI pero fue interrumpido
– No, el documento debe tener lo una de las potencias– dijo cansado CIA
– Con que así de mal estamos– soltó en un par de suspiros mientras masajeaba sus cienes
Ambos solo pudieron observar la posición en la que estaba la organización azul.
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Tu mirada [COUNTRYHUMANS]
FanfictionUna noche, un baile y un deseo. Estoy feliz de verte una vez más, aunque sea en el lugar más lejano. Él no podrá hacerte nada mientras este con vida.