𝐅𝐈𝐕𝐄¡!

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Hyunjin estaba emocionado, hoy traerían el foco de luz. Esperaba llegar a tiempo para ponerlo antes de las 20:30.


Para su gran desgracia, hoy le tocaba turno extra en la linda cafetería en la cual trabajaba.

—Si termino a las 19:30, el foco llegaría a las 20:00 y si tomo el autobus... —

Hyunjin susurraba por lo bajo su plan para lograr llegar a la hora estimada en la cual su vecino encendía las luces led, a las 20:15 ya tendría que estar aquel foco montado, Nada debería salir mal, Hoy no. Por fin podría comunicarse con el chico misterioso.

La emoción que consumía a Hyunjin por conocer a su amado lograba que sonriera inconscientemente, aunque no tuviera sentido y por más que él resto de personas se rieran de él, era una realidad que Hyunjin tenía ganas de protegerlo, de abrazarlo y darle mucho cariño, decirle que siempre estaría para el cuando aquel chico pusiese sus luces en el característico azul. Nunca había visto más que una simple silueta -y fue por unica casualidad- tampoco había escuchado su voz, ni mucho menos sabía como era esa persona, pero lo amaba, de aquella afirmación estaba más que seguro.

Parecía algo totalmente irreal y estúpido, pero ver el suave brillo de sus ojos probablemente te haría cambiar de opinión, desde lejos se podía ver que Hyunjin sentía un amor puro que llegaba más allá de lo físico.

— Hwang—

El llamado de su jefe logró captar su atención haciendo que saliera de su pequeño trance.

—¿En que tanto piensas? —

— E-eh... En... Nada s-señor—.

—Entonces continúa en tu trabajo que andas aquí de flojo—.

Hyunjin acato la orden dada por su superior, reprendiendose a su mismo por ser tan distraído, continuó atendiendo mesas. Tenía que salir lo más rápido posible de aquella cafetería ya que si su jefe consideraba que no había trabajado lo suficiente lo obligaría a tomar tiempo extra.

Las horas faltantes pasaron lentas para el alto chico quien miraba cada cinco minutos su reloj, impaciente a que llegara su hora de salida dando a final su jornada así poder correr en dirección a su apartamento. Pará su suerte ya había terminado su turno siendo llamado por su Jefe.

—Buen trabajo Hyunjin. Recuerda llevarte tu propina de las mesas que has atendido hoy —.

Habló amable su jefe mientras Hyunjin tomaba el dinero y respondía con un suave "gracias" y una reverencia, luego tomando sus cosas con rapidez para así poder salir del local lo mas pronto posible.

— ¿A dónde vas con tanta rapidez? —.

Hyunjin se paro un momento, mientras comenzaba a retirarce del local.

—¡A ver a mi vecino! —

Respondió antes de desaparecer de la vista del mayor dejando al mismo un poco confundido, "¿Debía apurar e para ver a alguien que vivía cerca de su hogar?" decidió ignorar la respuesta del rubio, ya que tratándose de Hyunjin podía salir cualquier cosa menos algo normal.


Luego de 20 minutos en el autobus llegó finalmente a su parada, salió del vehículo casi empujando a las personas y llegó a su edificio, daba la casualidad que había llegado a la puerta del edificio al mismo tiempo que el repartidor, pero tubo que ir hasta la de su apartamento y sburr la puerta ya que así el repartidor verifico que fuera el inquilino del 456.

—¡Gracias por su compra! —.

Se despidió el repartidor.

Hyunjin cerró la puerta sin siquiera responderle, quedando así como mal educado pero eso no era lo importante, todos había resultado bien, Miró su reloj.

20:34 ¿¡QUE!?

Corrió hacia la ventana de su balcón, y si efectivamente, el chico de enfrente tenía sus luces encendidas.

—Mierda, Mierda...Mierda—

Murmuraba el mayor mientras intentaba entender cómo colocar el foco al mismo momento que buscaba el control de sus luces led, sin tener éxito, luego de varios minutos por fin tenía listo el foco.

Suspiro de cansancio,aunque por fin podría comunicarse con el chico.

Se asomo por el balcón con la pequeña esperanza de que Felix no hubiera apagado sus luces, Aunque, de todas formas lo hubiera entendido, cualquier personas las hubiera apagado luego de media hora de no resivir respuesta por el contrario.

Su corazón y mente se calmaron cuando logró ver que aún lo estaba esperando, aún estaban encendidas. Sonrió con un deje de ternuro y coloco el foco sobre el balcón, lo encendió y pum! un gran rayo de luz salió del mismo el cual apuntaba a un lugar al azar del edificio de enfrente, movió el foco haciendo así que apuntará a la ventana del chico.

Una pequeña desilusión llegó a su mente al ver que nadie se asomaba.

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