Sentimientos encontrados

297 27 15
                                    


Afuera el aire era fresco y reconfortante. Aún me cansaba el andar muy rápido, aunque podría ir poco a poco caminando por las calles y quizá por suerte podría recordar o alguien me reconocería y al fin podría saber quién era. Después de haberlo pensado mucho tenía que recuperar mis recuerdos, si vivía debía ser para algo y tal vez si había sido una mala persona esta era mi oportunidad para resarcirme. Entre caras, edificios y coches no reconocía nada. Daba lo mismo que estuviera en una cama con los trastes o caminar entre la gente. El ruido comenzó a taladrarme el oído y la cabeza dolía más de lo normal, pensé que podría andar solo sin sentirme tan mal. Realmente creí soportarlo, pero no pude y tampoco seguir a la deriva. Necesitaba paz, me aleje cada vez mas de la gente y pronto me descubrí dirigiéndome a lo largo de un muro que contenía un paisaje verde lleno de hojas y arboles con sus hermosos tonos ocres, amarillos y verdes. Sobé mis sienes y entré, la tarde estaba cayendo rápido quizá me dejarían quedarme. ¿En que estaba pensando?. No tenía dinero. No tenia identidad. No tenía a donde realmente ir y me fui del único sitio en donde podría estar siquiera seguro lejos de cualquier humano. Derrotado dejé caer la bolsa de dormir a mis pies y mis ojos se llenaron de lágrimas, el dolor se mezclaba con la agonía de un pasado y futuro incierto.

Miré al resplandeciente lago sin poder moverme mientras el miedo y las inseguridades se apoderaban de mi y en sus ondas movidas por el viento encontré cierta paz, tenía un vibrante verde que reflejaban los arbustos y recordé unos ojos casi del mismo tono. No supe por cuánto tiempo permanecí mirándolo inmóvil, los pequeños patitos jugaban despreocupados de la vida a su alrededor sin pensar en el ayer ni en el mañana. Suspiré audiblemente y cerré los ojos pidiendo a Dios. No sabía si era creyente antes, pero en ese momento lo era y recé con todas mis fuerzas para que me ayudara a salir de la oscuridad. Aquel silencio se vio interrumpido por un crujido y mis sentidos se concentraron en él, estaba anocheciendo. Cuando giré de golpe hacia el ruido la vi allí, de pie junto al árbol con sus ojos húmedos y su barbilla tensa. Sin esperarlo o darme tiempo a reaccionar comenzó a llorar y casi inmediatamente me sonrió con alivio, avanzó tan rápido hacia mí que apenas pude retroceder e inevitablemente dejé que me abrazara, nunca antes me había abrazado así tan fuerte mientras lloraba repitiendo el nombre que me había dado.

 Sin esperarlo o darme tiempo a reaccionar  comenzó a llorar y casi inmediatamente me sonrió con alivio, avanzó tan  rápido hacia mí que apenas pude retroceder e inevitablemente dejé que me  abrazara, nunca antes me había abrazado así tan fuerte m...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¿Por qué te has ido sin decir nada?, ¿por qué así Albert?, no sabes cuánto te he buscado - me miró con su rostro empapado cuando no me atreví ni a responderle, me sentía un poco culpable.  La aparté mirándola con extrañeza no podía seguir cuidando de mi, nunca creí que en una ciudad como esa pudiera encontrarme

- ¿Candy como supiste?... - fruncí el ceño tratando de no sonar cruel ni mal agradecido, tomé delicadamente sus hombros para que comprendiera - No puedes ocuparte de mí y yo no puedo seguir causando molestias a alguien que no conozco

- Apartó mis manos y su rostro enrojeció de rabia contenida gritándome - ¡Pero yo si te conozco! y es por ello que sabía dónde encontrarte... Albert por favor... - suavizo su tono dejando escapar su frustración cuando al fin soltó esa verdad dejándome atónito y comenzó a llorar aun más, pero su rabia había sido reemplazada por una ternura única - Te conozco desde hace tanto tiempo...

El amnésico del cuarto 0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora