Algún día

532 38 24
                                    

Al día siguiente por la tarde supe con certeza que habían comunicado a los familiares y amigos más cercanos la muerte de Stear, por lo tanto Candy no tardaría en enterarse. ¿Cómo iba a decirle que había recuperado mi memoria y que debía irme cuando sufría tanto?. Fui esa tarde a buscarla a la clínica y el Dr. Martin me explicó que había llegado un auto lujoso con una chica muy distinguida a darle la noticia de que un amigo suyo había fallecido en Francia.

- Las vi llorar mucho así deje que se fuera. Es realmente triste lo que una guerra hace con sus jóvenes. ¿También le conocías Albert?

- Él era mi sobrino, un joven lleno de futuro - solté ante la mirada atónita del doctor - Quizá es mejor que sepa algunas cosas porque necesitaré de su apoyo

George me había confirmado que mi tía no le permitiría a ella tampoco asistir al funeral pautado para ese fin de semana. Lo más rápido posible y sin anuncios porque para algunos era motivo de vergüenza que algún Andrew estuviese envuelto en la guerra ya que la clase alta no tenía necesidad. Y pensar que para mí era todo un orgullo que Stear haya sido tan valiente, aunque era una perdida irremplazable profundamente dolorosa su nombre estaría en nuestra historia como el joven inventor y valiente piloto de las fuerzas aéreas francesas.

Esa misma tarde cuando llego a casa yo la estaba esperando. Me miro con los ojos hinchados de tanto llorar, me quedé inmóvil sin saber que decirle ella tampoco encontró las palabras y simplemente se abalanzo hacia mi rompiendo en llanto. Acaricie su cabello tratando de calmarla un poco y entre sollozos me contó lo de Stear. Esa noche se nos hizo larga, nos quedamos en silencio sentados en el sofá como la única forma de consuelo que podíamos hallar. Finalmente escuche la historia de cómo había conocido a Stear cuando trabajaba para los Legan, todas las aventuras y travesuras que vivieron juntos mientras una caja pequeña sobre la mesa reproducía una melodía tintineante. Cada que terminaba ella con delicadeza le daba marcha atrás para que volviera a sonar.

- Dijo que me haría feliz. Pero cada vez que la escucho siento ganas de llorar - Frunció el ceño y me miró con decisión - No pueden prohibirme acompañar a Patty, Archie y Annie en su sufrimiento. Albert ven conmigo

- No creo que sea buena idea aparecer entre tanta gente estirada. Sabes Candy. Hay otras formas de despedir a Stear.

El día del funeral fue mucho peor, ninguno de los dos pudimos despedirnos de cerca. George y yo si estuvimos, a lo lejos miramos la despedida frente a una cruz celta que marcaba su nombre. Por un momento mi tía giro hasta donde estábamos y se notaba demasiado descompuesta, no la había visto así desde hacía mucho nadie puede reprimir por tanto tiempo los sentimientos en algún punto te quiebran. Se acerco a las flores y la observe tambalearse. Tuve el impulso de ir hasta allí, aunque como siempre debía permanecer ajeno tanto a la algarabía como al dolor de mi propia familia. Mi tía había sucumbido ante tanta pena después de despedirse y Archie... Archie era un hombre fuerte. Suspiré y me ajusté los anteojos oscuros.

Había alguien con quien compartir un día tan espantoso y poderlo hacer más llevadero. La encontré donde supuse que estaría tan concentrada que ni siquiera me escucho llegar y tampoco la molestaría. Me quite las botas mirando a lo alto la tarde comenzaba a caer. Allí nos hicimos compañía una vez mas y con la hermosa vista del horizonte atardecer ambos nos despedimos de Stear. Con su buen humor y su ingenio, nos dejo para siempre la alegría de haberlo conocido y la fortaleza de su valentía. "Bye bràthair" susurre en mis pensamientos al cielo por donde el volaba y lo haría por siempre. Decir adiós no era sencillo, detestaba decir Adiós.

 Decir adiós no era  sencillo, detestaba decir Adiós

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El amnésico del cuarto 0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora