Parte 1

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Pasarelas, sesiones fotográficas, eventos, entre otras cosas, son mi diario vivir. Ser reconocida en este medio a veces tiene sus ventajas y desventajas, desventajas por que es difícil pasar desapercibida por la calle sin que alguien esté persiguiéndote con una cámara o por todo lo que haga por mínimo que sea, es noticia, los primeros años de mi carrera la pasé mal, no sabía cómo controlar todo eso y más cuando la mayoría de esas noticias eran mal intencionadas. Con el tiempo entendí que es mejor no prestar atención a todo eso y enfocarse en otras cosas.

Me encuentro en una sesión fotográfica para la revista VOGUE, saldré en su edición de marzo.

-Es hora de comenzar- Escucho que nos avisa alguien desde la puerta. Me levanto de la silla donde me estaban maquillando para dirigirme hacia el set, mientras tanto Laura, quien se encarga de mi maquillaje hace sus últimos retoques.

La sesión demora alrededor dos horas, durante esa me hacen varios cambios de ropas, peinados y maquillaje, yo mientras tanto trato de hacer mi mejor esfuerzo, cuando termino todo, me dirijo hacia el camerino para poder cambiarme y salir de aquí cuanto antes. Estoy cansada.

- Debo recordarte que a las seis tienes una cena con tu madre- Dice Camila mi asistente quien se  encuentra al lado mío.

-No puedes decirle que hoy tengo algún trabajo pendiente y no podre asistir- La miro suplicante para que entienda que quiero posponer ese encuentro. Camila además de ser mi asistente es mi mejor amiga, es difícil hacer amistades en este medio y mas cuando la mayoría se te acercan por tu fama, ella ha sabido cuidarme, ayudarme cuando lo necesito y ser ese muro de contención cuando estoy por derrumbarme.

-No, no puedo. Ya lo hice una vez, si lo vuelvo a hacer y digo la misma excusa pensara que es mentira- Me dice abriendo la puerta para que entre al camerino. -Cámbiate que solo tenemos una hora.

Hago lo que ella me dice, no tengo otra opción. No es que no me guste reunirme con ella, es mi madre, la amo con todo mi ser pero las últimas conversaciones que hemos tenido no son de mi agrado y mejor prefiero evitar encontrarme con ella.

Salgo del edificio donde me encuentro y como es costumbre varios fotógrafos están esperándome, me pongo las gafas para evitar el contacto de los flashes con mis ojos.

Cuando estoy por subirme al carro puedo notar el mismo Audi negro con ventanas blindadas que había visto a las afueras del edificio donde vivo.

Decido subir al carro y no ponerme atención a la situación, de seguro son imaginaciones mías, al entrar saludo a Edgar, mi conductor. Después de media hora de camino llegamos al restaurante, no me sorprende en nada lo ostentoso que es, conociendo los gustos de mi madre esto no es algo extraño.

-Bienvenida Señorita- Escucho a la mesera que me recibe. -¿Tiene alguna reservación o está buscando a alguien?- Me pregunta de formalmente para después sonreírme.

-Busco a la señora Elena Campbell- Le respondo, la chica busca en la iPad que tiene en sus manos y después me indica que siga.

Cuando visualizo a mi madre trato de poner mi mejor cara y le sonrió, está al verme alza su mano y me sonríe de vuelta, le doy un beso en su mejilla antes de sentarme. Cuando me acomodo en mi asiento mi mama pide la carta para nuestra comida.

-Y bien, ya estoy aquí, ¿Cuál era la urgencia?- Le pregunto tratando de no hacer un tono cansino.

-Por que primero no me preguntas como estoy, teníamos casi un tres semanas sin vernos- Me dice viendo el papel que tiene en frente.

-Mama no es para tanto, hablamos todos los días por teléfono- Le digo dejando caer mi espalda en el respaldo de la silla.

-Eso no cuenta, no es lo mismo verte que hablar por teléfono, además me quieres explicar por tengo que hablar con tu asistente para poder verte, como si estuviera sacando una cita para ir al médico, acaso soy una extraña para ti- Dice exaltada por la situación.

Me hago la idiota y aprovecho que llegó el mesero para pedir mi comida. Trato de desviarla del tema con otras cosas.

-¿Que harás este fin de semana?- Su pregunta me toma fuera de base.

-Eh... Tengo de viajar fuera de la ciudad- Mentiraaaa, digo lo primero que se me pasa por la cabeza. -¿Por que la pregunta?-

-Alguien quiere conocerte.

-¿Quien?-

-Tu sabes perfectamente quien.

-¿Es enserio?- De verdad está haciendo todo esto por eso, para que conozca a ese señor. -Para con eso por favor madre, sabes muy bien lo que pienso al respecto.

-Yo lo sé, pero solo tienes que darle una oportunidad- Dice intentando convencer.

-Mama de verdad te estás poniendo de su lado, o acaso se te olvidó todo lo que tuvimos que pasar por culpa de ese señor- Le digo dolida por lo que estoy escuchando.

-Yo mas que nadie se por lo que tuvimos que pasar y ese señor es tu padre, te guste o no- Dice alzando la voz.

-Ese señor no es mi padre y nunca lo será, perdió ese derecho el día que decidió dejarnos para perseguir todo ese dinero sucio, solo por que ahora decidió volver aparecer y decir que es mi padre, ya lo será. Está muy equivocado. El no sabe lo difícil que fue... Lo que es difícil llevar su apellido, solo te pido una cosa no me vuelvas a buscar si es para hablar de ese señor por que no tengo tiempo para esto- Con lágrimas en mis ojos me levanto de aquella mesa y me voy sin ni siquiera despedirme.

Tenía solo un año cuando ese señor decidió desaparecer de nuestras vidas, sin decir nada. Obviamente yo estaba muy chiquita para comprender la situación pero con el pasar de los años lo fui entendiendo, vi el sufrimiento de mi madre, la discriminación hacia nosotras por ser su familia. Poco a poco comenzó crecer mi odio hacía esa persona, no lo conozco, no sé cómo luce actualmente y nunca me interese por saberlo.

Salgo de lugar con la ira corriendo por mis venas, cuando estoy al frente del carro tiro mi bolso con fuerza hacia el para poder descargar la ira que siento, odio esta situación y mas si es mi mamá quien siempre me lo tenga que recordar.

-¿Que paso? ¿Por qué vienes así Sara?- Escucho la voz de Camila saliendo del carro.

Trato de golpear el vidrio del carro con mis manos pero Edgar me detiene agarrandome. Hago fuerza para soltarme pero me es imposible.

-Rosé Smith Campbell tienes que calmarte, te puedes hacer daño- Dice Camila preocupada por la situación, ella me abraza y comienzo a llorar en sus brazos, es difícil sobre llevar todo este odio. Una vez calmada entro al carro, es inútil que siga derramando lágrimas por una persona que no se lo merece. 


ROSÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora