Disciplina.
No podía ver sus manos, cada vez que lo intentaba terminaba dando una vuelta completa en el espacio. El lugar en el que se encontraba era similar a la Japón actual, con algunos cambios que ella interpreto como pasadas.
Luego de dar unos cuantos pasos en este raro mundo, la muchacha termino frente a U.A., esta era más pequeña y con menos tecnología que la academia actual, otro dato que le ayudo a darse cuenta que estaba en el pasado.
La sombra de un estudiante encaminarse hacia ella fue lo último que vio antes de despertar.
-"Tsuyi!"-la voz de su madre, su despertador y el maullido de un gato le despertaron de golpe-"Ya despierta!".
Cayendo de cara al frio suelo, la mencionada maldijo entre dientes a la vez que iba recomponiéndose. Un gato le vio en estado alerta desde su cama, la joven le sonrió y acaricio la cabeza antes de levantarse para un día más de vacaciones.
Cualquier adolescente amaría vacaciones, dormir, fiestas, tiempo libre, lo clásico. Pero ella... ella tenía una vida un tanto distinta al del estudiante de academia promedio. Empezando con sus mañanas por ejemplo, la mayoría se ducharía y bajaría a desayunar de lo más feliz. Pero en su caso era diferente, radicalmente diferente.
Ajustado su kimono (de entrenar) la pelinaranja bajo lo más deprisa que pudo al primer piso de su tradicional casa. Amarrándose su cabella algo apurada, apenas y llego a tiempo a ponerse en su lugar correspondiente en la larga fila de personas que esperaban en su sala, todas ellas volteando a verle como ya era de costumbre, siguiendo sus movimientos con la mirada y uno que otro mostrándole una sonrisa.
El rojo en su rostro le fue imposible ocultar, debería ya haberse acostumbrado a pasar por lo mismo siempre, pero sus nervios siempre terminaban sacándole de sus casillas. Podía jurar escuchar a su madre decir dentro de su cabeza igual que tu padre!.
Ni siquiera había cumplido dieciocho y ya cargaba con la consciencia de haber roto un aproximado de veinte corazones. Los rostros de todos esos muchachos le atormentarían por siempre...
-"L-lamento la tardanza!"-hizo una reverencia.
-"Ya sabes que les toca a quienes llegan tarde"-hablo estricta pero sonriente su maestra.
-"Si... mama..."-dijo en un susurro antes de ponerse a hacer flexiones.Sera hija del más grande de los héroes y de una renombrada maestra de las artes marciales, que también era una heroína, pero eso no le daba privilegio alguno de poder llegar tarde a sus clases diarias de combate.
Flexión tras flexión, la pelinaranja menor logro terminar a duras penas, el uso de quirks estaba prohibido en este dojo, si no existiera esa regla probablemente hubiera acabado en tiempo record y sin sudar una gota.
-"Eri manda saludos, dice que está ansiosa por ver a su hermanita preferida"-le informo su madre, acercándosele por unos segundos luego de dejar al resto del grupo entrenando.
-"E-el sentimiento es m-mutuo..."-intento hablar y respirar sin desmayarse-"...papa y Toshi?"-le parecía curioso que su juguetón hermano no este por los alrededores.
-"Se fueron a visitar a tu abuela"-le ayudo a ponerse unas muñequeras.
-"Y yo aquí...!"-intento caminar devuelta con el grupo con el terrible peso en sus manos y piernas-"Disfrutando de mis vacaciones...!"-sentía que la gravedad la aplastaría.
-"Mírale el lado bueno"-le ayudo un poco-"Este festival deportivo será un paseo por la plaza"-sonrió.
-"Guh!"-se desplomo una vez llego a unirse al resto de los estudiantes.Una multitud le rodeo con las manos extendidas, todos más que contentos por darle una mano en su duro entrenamiento. Itsuka vio toda la escena con una sonrisa, como madre no podía sentirse más orgullosa de lo rápido que iba mejorando cada día.
Ha este paso terminaría superándolos a ella y a su padre antes de que se den cuenta.
Una en un billón.
Su cuerpo no podía estar más fatigado, le dolía respirar y parpadear, Tsuyi apenas logro bañarse y cambiarse de ropa. Desparramada sobre la mesa en la que estaba su desayuno, la pobre apenas y podía llevarse arroz a la boca cada minuto.
-"Mejoraste mucho esta clase, dejaste impresionado a todos"-le alago su madre, desayunando de lo más tranquila a diferencia de su hija.
-"Mama..."-levanto su rostro con gestos de dolor-"...aunque diga un mal chiste ellos siempre se van a reír"-explico.
-"Puede que tengas razón"-rio un poco.
-"Tuviste que pasar por algo parecido cuando tenías mi edad?"-le miro pensativa.
-"Uh-hu no"-ladeo la cabeza-"No tuve la suerte de nacer con esas dos esmeraldas en mis ojos"-le sonrió.Un rubor pinto sus mejillas, fue el turno de su padre de hablarle en su mente, cuando los vi por primera vez, pensé que tu quirk era de hipnotización o algo así... esos ojos son especiales. Grandes y brillantes ojos esmeralda, no verdes ni color pasto ni nada, color jade que en efecto... parecían ser únicos en el mundo.
A donde iba siempre le preguntaban, son naturales? Puedo tomarme una foto contigo? Y la reacción que ya se había acostumbrado a ver, un gesto de sorpresa acompañado de un brusco stop de quien se le cruzara en frente.
Era raro que lo que le guste a las personas más de otro, era lo que menos disfrutaba tener uno. Tener estos ojos no significaba que fuera una delicada flor de primera vera, pobre del que piense eso, si tuviera que compararse con una planta... ella se compararía con una carnívora.
-"Estamos en casa!"-la voz de su padre le brindo energías de golpe.
Si había algo que ella más amaba de sí misma... ese sin duda tenía que ser su quirk. Energía recorrió por sus venas, limpiando esos rastros de dolor y reemplazándolos por poder abrumador, amaba sentir esta sensación, probablemente de las cosas favoritas en su mundo.
-"Lleguen para la hora del almuerzo, ok?"-le advirtió su madre, su sonrisa indicaba que no estaba molesta por que activara su quirk dentro de casa.
Tsuyi solo asintió antes de ver el mundo ralentizarse a su alrededor, haciendo uso de su gran agilidad en este estado, la pelinaranja casi y aparece en un parpadeo en la entrada de su hogar.
-"Te has vuelto más rápida"-la sonrisa de su padre se le contagio.
-"Gracias, uhm... ya que t-termine mi e-entrenamiento con mama..."-bajo la mirada, sus ansias por salir eran demasiadas.
-"Zanahoria!"-escuchar su irritable voz y su sobrenombre casi le baja todos sus ánimos.
-"Deja de llamarme así!"-se agacho para jalarle las mejillas a su molesto pero querido hermano menor.
-"Toshi ve con tu madre, creo que te ha preparado más desayuno"-Izuku le dio unos empujoncitos.
-"Si!"-se fue alejando contento-"Adiós zanahoria!"-se despidió con sus manitas.
-"Cuando sea grande juro que-".
-"Vas a quedarte aquí o vas a acompañarme?"-pregunto el peliverde antes de activar su quirk. Tsuyi dio la más grande de las sonrisas antes de envolverse en energía y colocarse a su lado.No había nada mejor que sentir el viento acariciar tu rostro, el olor a sal en la playa... y un helado junto a tu padre.
Tsuyi.
Apariencia de su madre, ojos extremadamente raros color jade-esmeralda, heredo las pecas de su padre y su... estatura(es bastante pequeña por ahora).
Quirk: One For All (No pasado)
Tal y como ocurrió con sus ojos, su quirk es una rareza que parecía imposible para sus padres. A pesar de no tener la habilidad de pasar el quirk de generación en generación, este One For All es entrenable y en algunas palabras "mejor" que el original.
Sin repercusiones al usarlo (nada de huesos rotos o algo por el estilo) el único inconveniente es que el usuario termina exhausto y fatigado luego de su uso, obvio solo cuando lo usa por mucho tiempo. Su poder dependerá del físico del usuario, por ahora Tsuyi tiene un equivalente a por ciento del total.
Toshinori (Toshi)
También es pelinaranja, con pecas y con el color de ojos de su madre (idéntico al de Itsuka). Quirk desconocido.
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Epílogos
FanficLa continuación de "Odisea del amor " Los derechos de esta historia le pertenecen al usuario de Fanfiction "Evolvelove"