Ser Omega para muchos es un castigo divino, que algún mal habías hecho en tu vida pasada para tal calvario. Luchar contra la naturaleza, la sociedad y contra los mismos instintos era difícil ¿Valía realmente la pena el esfuerzo? Muchos que han protestado tratando de demostrarlo habían sufrido tanto por la mano de la ley como por la mano de otros alfas y omegas que rechazaban esa idea.
¿Valía la pena luchar contra lo que naciste para ser?
…
No sabía el porque, tal vez era por lo débil que se encontraba por no haber ingerido nada en horas, pero sintió una paz con aquel aroma y aquellos ojos celestes. Parecía que el tiempo se había detenido y su mente torturada había encontrado un pequeño lugar de paz.
-Hola ¿Esta bien? – Tanto su voz como su mirada reflejaban que parecía preocupado ¿Tan terrible se veía? No supo en que momento el chico de hebras castañas lo guió hasta sentarse en una silla, pero se dejó llevar por la calidez del tacto de aquel desconocido, no tenía ni fuerzas para hacer algo en contra ni para procesar bien la información, aún seguía mareado aunque el olor a capuchino le ayudaba.
-Si, solo que no he comido, lo lamento – Murmuro sentado, tratando de acomodarse el cabello – Mi nombre es Auron, ¿Sabe dónde está el alcalde? –
Lo vio sonreírle, ahora viendo un poco más sus facciones y tratando de descifrar qué era el chico delante de él con cara de ángel. En un principio había apostado por la forma y la altura en un beta o hasta un alfa con figura, sin embargo el rostro era muy dulce, angelical, junto con el aroma dulce, deducía que era un Omega.
El olor a capuchino era suave, justamente recordándole a una bebida mañanera con algo de vainilla apenas perceptible, pacifico y cálido como era aquella mirada y sonrisa, no era un olor invasivo si no que era un aroma dulce sin ser empalagoso, como si no quisiera llamar la atención pero dejaba su presencia. Podría estar con ese olor y sentir aquella paz adictiva.
Cálido, hogareño, con una dulzura suave sin quitar la presencia que dejaba, era un aroma que daba paz.
Vio como este ignoraba su pregunta mientras él aprovechaba para analizarlo, algo que salía natural de Auron, y tan solo veía serenidad en aquellos ojos mientras buscando algo en uno de los cajones de aquel pulcro y ordenado escritorio.
-Ten, te ayudará a tener algo y no desmayarte en el medio del camino – Vio como este le ofrecía un chocolate, y agradecido lo aceptó, sintiendo un cosquilleo por toda su mandíbula por la dulzura del chocolate.
-Así que usted es el héroe Auron, me presento, soy a quien buscaba, mi nombre es Luzu, alcalde de Karmaland –
Auron casi se atraganta al escuchar aquello.
…
Ambas miradas se conectaron de nuevo, Luzu parecía mirarlo expectante, mientras la mente de Auron analizaba las cosas demasiado rápido en su cabeza, por un lado él tenía una combinación de pensamientos en lo que la mayoría lo clasificaba como alfistas, sintiéndose incómodo con la idea de un omega líder y dudando prejuiciosamente de su capacidad, y por otro lado se reprendía a él mismo sobre aquellos prejuicios que hasta hoy no sabía que tenía y del porqué de estos, tratando de recordar las frases de Merlón.
“La jerarquía aquí no existe”
Una dulce risa lo sacó de sus pensamientos, y agradecía salir de aquella revolución de pensamientos que tan solo parecían no llevar a ningún lado. El sonido de aquella risa daba paz de alguna forma extraña.
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El Cambio [Karmaland Omegaverse]
FanfictionEl mundo era una mierda, mas con aquellos que eran más débiles. Era algo que todo el mundo sabía, todos sin importar la casta tenía en claro la mierda de civilización en la que vivía, pero pocos salían a tratar de cambiarlo, después de todo, era más...