Capítulo IV - Nueva vida

464 83 25
                                    

Karmaland era simplemente precioso.

Cada lugar que Auron visitaba a las afueras del pueblo eran simplemente mágicos, las casas de cada héroe eran únicas, extravagantes e imponentes. Todo aquel trayecto lo aprovechaba para caminar al lado de Luzu, el cual lo guiaba, inundándose en aquel aroma tan tranquilizante y a su vez sublime a capuchino.

Desde una pequeña playa, hasta ríos, colinas bellas e imponentes árboles rodeaban aquel pequeño y pintoresco pueblo.

Todo rodeado de un color abundante y bello, tan contrario a lo que el había vivido, los colores fríos y casi monocromáticos de la ciudad contrastaban con aquel paisaje y vistas, todo tan puro como el mismo aire que respiraba, ni siquiera recordaba haber visto ojos más brillantes que aquellos dos luceros que portaba aquel bondadoso omega que lo estaba guiando y ayudando.

Por primera vez en su vida se sentía libre.

Apoyó sus manos en sus rodillas, cansado de la caminata, no estaba acostumbrado a soportar tanto tiempo caminando y hablando de cosas banales, claramente no estaba en su mejor estado físico.

Vio la sonrisa divertida del contrario, el castaño de sonrisa burlona y bonitos ojos se veía deslumbrante, no parecía cansado, debía admitir que era una patada a su orgullo.

-          ¿Descansamos? – Preguntó divertido Luzu, aún con aquél tono burlón Auron logró identificar un genuino interés, como si estuviese preocupado por el.

Se estiró en su lugar, suspirando cansado, tratando de renovar fuerzas para no quedar como un débil delante de aquellos luceros celestes, además no quería preocuparle más.

-          Estoy de maravilla – Comentó acercándose, vio al contrario negando con la cabeza con una sonrisa, Luzu había descubierto que aquel alfa era un cabeza dura.

Luzu le llamaba la atención aquel alfa tan curioso, no solo le sorprendía su actitud con el, si no como miraba todo maravillado y con curiosidad todo a su alrededor, era totalmente raro encontrarse con un alfa con la mirada tan inocente y expresiva con cosas para el tan simple, y aunque Auron pareciese mantener la compostura, era demasiado transparente y expresivo, y le hacía gracia mucho de sus gestos y gesticulaciones.

Auron por su lado siguió al Omega mientras lo escuchaba, la voz suave del contrario contaban historias de aquel pueblo y las normas, solamente hablando cuando era necesario, no quería interrumpir a Luzu ya que la voz del castaño le daba paz junto con aquel aroma. Cada historia que contaba se le hacia curiosa y al mismo tiempo la devoción con que hablaba sobre los dioses.

Al caminar Auron notó un cambio del paisaje, viendo como los colores pasaban a de verdes a anaranjados, y los árboles se veían otoñales e imponentes qua daba una imagen cálida que enamoró al de ojos carmesí, y Luzu notó aquel cambio en su expresión.

-          Esta es una de las zonas más bellas de Karmaland, parece haberse estancado en otoño, se dicen que por estos lados viven hadas que cuidan de este lugar y sus criaturas – Escuchó la voz del alcalde, apartando la vista maravillado de el lugar para ver aquellos ojos cielo.

-          Es precioso – Murmuró volviendo a seguir al contrario, poniéndose a su lado tocando las plantas y sintiéndose la luz del sol filtrarse a través de las hojas de los árboles.

-          Viviría por aquí si no trabajara en la alcaldía, es una de las zonas más tranquilas además de que es preciosa, fantástica para vivir – Comentó Luzu. Ambos visualizaron una gran casa blanca, parecía abandonada y algo rota, pero no pedía su esplendor y más en aquel lugar mas despejado por los arboles pero lleno de naturaleza que parecía consumir la casa con bellas enredaderas – Esta es una casa que fue abandonada hace tiempo, pero-

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 26, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Cambio [Karmaland Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora