Tú, animal negro, que con tu graznido abarcas todos sus vértices.
El que vigila entre los ecos de entre volcanes y arena su bienestar..
Aletea con la oscuridad de tus alas..
Atraviesas ese oro desgranado que ciega a marineros y atrae a forasteros...
Tú, pájaro de mal agüero, que solo velas por su libertad.
Ave rapaz, salvaje y rebelde...
Que lejos de desear algún mal, te has convertido en su único guardián.