cαρíƭµℓσ 25

1.2K 135 2
                                    

– ¿Qué tienes? – habló Belaam.

– Necesito verle. – le respondió desde el sofá, sin siquiera levantar la mirada.

– No, no necesitas, siquiera deberías pensar en él. – le dió un par de palmadas en la espalda, sentándose a su lado.

– Ese chiquillido es... tengo que ir. – se levantó del sofá, caminando hacia la puerta de su hogar.

– Mierda, Leviatán.. – murmuró caminando detrás suyo, tomándole por el hombro antes de que saliera. – Te meterás en problemas, hombre, no puedes ir, lo sabemos, no "necesitas" ir por el ritual, dices necesitarlo porque te obsesionaste con el mocoso.

– No es verdad, no sabes lo que dices. – volteó a verle con el ceño fruncido.

– El jefe te prohibió ir. – habló firme, viendo el desconcertado rostro del otro. – me mandó a hablar, sabe que somos amigos, y, al no encontrarte, me pidió que te lo dijera, sabe cómo te has estado comportando con el chico, te tiene en lista, puede que te.. Que te eche, sabes que no tiene paciencia con éstas cosas, y no es la primera vez que lo haces, pero con este tal... ¿dunhyck? – miró a su amigo negar. – como sea, con él, han sido más frecuentes tus acciones y comportamiento, no sé que vaya a suceder, pero cuídate.







Aquella noche, Hyuck volvió a sentir aquella oscura presencia en su habitación.

¿Incubo? ☼ markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora