exciting ༉‧ dr. stone

⌒ | O2 - sengen

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omegaverse au

Se removía entre la cama, acalorado por la cantidad de sabanas que había encima de ellos. La temporada de invierno por fin había llegado y con ello la gran necesidad de mantenerse acurrucado el mayor tiempo posible.

Dio un giro por la no tan pequeña cama, quedando de frente con aquel chico de ojos rojizos que causaba que su corazón se acelerara.

La expresión dormida del otro parecía tranquila, desprendiendo un aroma fresco al encontrarse en total calma. Gen le acomodo uno que otro mechón que se posaba en la frente del que ya hace un tiempo lo había reconocido como su alfa, causándole gracia como la altura del otro se minimizaba al tener el cabello para abajo.

Todo el departamento ya estaba adaptado a su estilo de vida, el toque de cada uno se había fusionado, un gran ejemplo es como los ramos que recibía por parte del otro los colocaban en algunos matraces o probetas que el otro olvidaba en algún lugar de la casa, aunque todo empezó como una broma para que no los encontrará por estar distraído.

El propietario de estos no estuvo de acuerdo, pero ya con el paso del tiempo le siguió el juego inconscientemente.

Se estiro un poco causando pequeños tronidos al estar en la misma posición. Estiró su brazo, colocándolo alrededor del contrario y acortando la distancia en un abrazo muy caluroso para la situación; se dio espacio para apoyarse en el cuello del otro.

El más joven, que portaba un pijama parecida a las batas de su laboratorio sintió como la alarma de su reloj biológico le avisaba de levantarse.

Senku no pudo evitar despertarse, reconociendo al instante como el olor a flores que emanaba el mayor se intensificaba, atrayéndolo, percibía el buen humor del de cabellos oscuros desde lejos, sorprendiéndose ya que a Gen no le gustaba levantarse temprano.

—Oye, mentalista . . . — se removió del lugar, haciendo un intento de levantarse a pesar de estar bastante adormilado.

A pesar de los genes que se supone habían heredado, la exagerada fuerza o debilidad con la que pintan a los de su segundo género en las novelas no hacía presencia en ellos, aunque eso era lo mínimo que les preocupaba.

Lo que les daba un toque único, de forma superficial, era el aroma que cada uno portaba y lo que hacía que personas externas se sintieran atraídas.

El hechizo que la misma cama les daba de sentirse atraídos y no poder pararse era muy fuerte en ambos.

A pesar de haber planeado con anticipación su cita, el día se prestaba para no querer hacer nada. Aun así, como sus pocas energías se los permitieron, se levantaron y arreglaron lo mínimo que pudieron sus tan característicos cabellos, además de colocarse la ropa que más los cubriera del frío.

—Mhm, no se acomoda — el cabello notoriamente daba la impresión de uno recién levantado, no importaba cuanto lo peinara, uno que otro mechón se levantaba.

Hace poco se había pintado el cabello y tenía miedo de tratarlo mal, su conciencia pensaba que si seguía maltratándolo se quedaría calvo.

Jugó con sus hebras blancas, pensando si el pintar la mitad de su cabello igual que la nieve había sido buena idea. La desconfianza se esfumo cuando Senku menciono que era una moda extraña, pero que al mayor le quedaba perfecto.

Al final controló aquellos alocados cabellos con el gorro azulado que había comprado junto a Senku en una de sus múltiples salidas por cosas de ciencia que terminaban en pasar tiempo juntos.