En la lejanía se ve caminar a un letrador, que como compañía lleva un lápiz y una libreta y a un tal escribeletras, llevando una goma para borrar cuando algo le salga mal, pues al tratar de amontonar palabras, una que otra tratará de salir mal,
Carlos Chávez guzman se hace llamar.
Aquel letrador se va así sin gloria ni pena, acompañado de ese tal escribeletras, junto a un amontonandor de palabras, sin sentido, pero con mucho gusto por ellas.
Viaja en sueños hasta las estrellas, con la noche esa su fiel compañera, llena sus bolsillos con letras, unas malas otras peores, más no se cansa de amontonarlas, pues es mejor que salgan, a estar escondidas por los rincones.
En su mente revolotean, como pajarillos buscando abrir sus alas, el sólo escribe de cosas, que imagina o que suceden a su alrededor, no sabe escribir del amor, eso es muy difícil para el.
Más lo intentará, aún que le salga mal, pobre letrador no sabe rimar, triste escribeletras, los versos no son su fuerte, ay amontonador de palabras, la poesía no se amontona, se siente se perfecciona.
pero tu sigue intentandolo, no pasa nada, que podría suceder, solamente que se rían los que en verdad lo saben hacer.
Letras de la mente de un tal, escribeletras, amontonador de palabras y ahora Letrador, que se hace llamar. Carlos Chávez Guzmán