¡Dios mio! como odiaba las alarmas.
Aunque estaba conciente que gracias a ello podía despertar, de otra manera podría seguir durmiendo de cual bebé se tratase.
Y debía llegar temprano a clases, si fuera todo lo contrario iría de nuevo a detención y no me gustaba estar ahí.
Me levanté con demasiada pesadez de la cama, con mis ganas derramadas por el piso.
Estaba muy adormilada que me estrelle contra la silla de mí escritorio, me lastime mí rodilla, con dolor fui por mí ropa y mís toallas para poder entrar a la ducha.
Cuando estaba por ingresar a la ducha, escuché el timbre sonar, me acerque a mí celular y vi que eran las 6:30a.m.
Quien demonios en su sano jucio viene a tocar la puerta tan temprano.
Salí del baño y me encontraba bajando las gradas cuando sentí un leve mareo, no le di demasiada importancia y continue mí recorrido.
Al llegar a abajo mí papá estaba tan o incluso más que yo de adormilado cuando se encontraba caminando hacia la puerta.
Llevaba una pijama de plátanos.
Me acerque junto a él cuando se aproximo a abrir la puerta.
Vimos a una mujer, la misma mujer que se mudó al frente de la nuestra casa el día de ayer.
Solo estaba ella, no se encontraba su esposo o si hijo el chico misterioso de ayer.
La mujer era muy hermosa, llevaba un vestido azul con flores, zapatillas azul que combinaban y un hermoso moño que adornaba su cabeza.
Lo que me pareció interesante fue que estaba muy maquillada para ser tan temprano se había maquillado demasiado, considerando la hora podría intuir que se levanto mucho más temprano.
Llevaba una bandeja con un pastel adentro.
La señora me saco de mis pensamientos al hablar:
-Buenos días-dijo muy amablemente-me llamo Emma Goldman, les traigo este pequeño pastel para que puedan probarlo a modo de presentarme con ustedes y el vecindario.
Mí papá le dijo:
-Buenos días señora Goldman, mí nombre es Álvaro Fossey-contesto mí papá de igual manera- Esta es mí hija Ivlin Fossey.
Me encontraba detrás de mi padre, me asome lentamente y le respondi:
-Buenos días señora Goldman
-No sean tan formales, pueden decirme Emma-dijo con una voz realmente hermosa
-Un gusto señora Emma, agradecemos el pastel, gustaría pasar-pregunto mi papá
-¡No!-dijo la señora realmente asustada y giro su cabeza para atrás como si se fijase en alguien se recompuso y soltó- es decir no gracias, un gusto verlos nos vemos luego.
-Hasta luego-dijimos mí papá y yo al unísono.
Y nos adentramos a la casa con el pastel en la mano.
Al llegar a la cocina mí papá dejo el pastel sobre la barra para proceder a cortalo, mientras lo hacía mí pregunto:
-¿Hija ya tomaste tus medicamentos?-soltó un poco preocupado.
-No papi, lo olvidé lo haré luego de desayunar- dije cansada, omiti el hecho de que ayer tampoco los tome.
De seguro si le decía me regañaria, no quería que se preocupara, ya luego me los tomaría.
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Le Pedí A Una Estrella
RandomIvlin era alguien muy carismática. Su pasado la forjó. Y la hizo muy fuerte. Sus demonios amenazan con volver a surgir gracias a la llegada de Max. Max su vecino, no necesariamente de al-lado más bien de enfrente era la definición de un muchacho con...