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La luz de la fogata iluminaba los rostros serios de Falon y Deidre quienes se encontraban en total silencio. La noche cada vez se volvía más fría por lo que el cuerpo de la chica comenzaba a sufrir las consecuencias de la baja temperatura; su poncho no le brindaba el calor necesario por lo que se limitó a abrazar sus rodillas. Aquel movimiento advirtió a Falon, quien la miró a los ojos, la castaña pudo notar cierta culpabilidad en ellos por lo que se atrevió a preguntar.

"¿Por que percibo cierta culpa en ti maestro?"

Suspiró con pesadez "El surgimiento del Imperio nos ha hecho cuestionarnos a nosotros mismos. Una vez me encomendaron la tarea de proteger a la Orden Jedi...si tan solo hubiera previsto que Palpatine conspiraría para engañarnos. Les fallé a todos."

Un silencio se produjo y Deidre fue la primera en romperlo "Nadie lo vio venir, tenían una coartada perfecta". Reposó su mentón sobre una de sus rodillas, los ojos le chispeaban imitando aquella fogata. Evitaba pensar demasiado en todo el plan maestro que había detrás de aquella conspiración, le molestaba saber que todo ocurrió frente a sus narices. La ira atravesaba su cuerpo al pensar en que ellos mismos habían sido los responsables de cavar sus propias tumbas.

"La corrupción estaba llegando al corazón de la orden, la causa separatista empezaba a desmoronar lo que algún día juramos proteger". El castaño agregó mientras se frotaba las manos intentando generar un poco de calor para sí mismo.

"No solo la causa separatista, Falon, el ansia de poder alcanzó a envenenar a muchos miembros, y ahora todo está perdido." Deidre acunó ssu mejilla entre su mano, intentando encontrar una mejor posición. La noche era silenciosa a excepción de la leña crujiendo gracias a las brasas.

"¿Te quedarás a vivir en Dantooine?" Inquirió el Jedi, con curiosidad en su mirada y una leve sonrisa decorando su rostro.

La joven pensó por unos momentos su respuesta, ¿Sería prudente quedarse alli?

"No creo, me gustaría explorar un poco para ser sincera. Aun soy muy joven como para asentarme en un lugar." bromeó. Falon en cambio se quedó pensativo, con un destello de picardia atravesó sus ojos marrones. La joven no pasó esto por alto. "¿Por qué me miras así?".

"Solo estuve pensando, si vas a vagar por el borde exterior ¿Será muy peligroso no?." Deidre lo miró confundida esperando a que siguiera con su idea. "Y aún eres muy joven e inexperta como para andar sola por ahí." hizo una breve pausa y continúo, la Jedi lo miro un poco ofendida pero con esperanza que continuara con su proposición. "¿Por que no te quedas un tiempo en Dantooine y concluimos tu entrenamiento como padawan?"

Deidre lo miró estupefacta. "¿Estás dispuesto a ser mi maestro?"

Falon asintió, la joven puso una mano en su barbilla mientras pensaba. "Creo que es una buena idea". Con una sonrisa sincera que llegaba hasta los ojos aceptó.

Se recostó sobre el pasto, admirando el cielo nocturno. Las estrellas le devolvían el brillo centelleante de su mirada, y por un instante una punzada de esperanza atravesó su corazón.

A la mañana siguiente se dedicaron a terminar de curiosear por el enclave jedi, Deidre de vez en cuando meditaba para encontrar más secretos en el edificio, pero no encontraba mucho. Por lo que se fueron hacia el poblado más cercano y decidieron asentarse.

La estancia en Dantooine se convirtió en un reto para Deidre, el modo de enseñar de Falon no terminaba de ajustarse a ella y de vez en cuando recordaba a su antiguo maestro. Todo lo que le llegó a enseñar llegaba a su memoria, podía recordarlo tan nitidamente que de vez en vez el miedo comenzaba a apoderarse de ella.

"Tienes que dejar esos sentimientos de apego atrás." La regañó su maestro "No lograrás nada bueno con eso".

La joven padawan libraba una lucha interna, una lucha que cada vez la vencía día a día.
¿Y si simplemente no quería eso para ella?. Aquella noche fatídica era el aprendizaje de ello, se hubiera arrepentido cada instante si se hubiera mostrado tan fria cómo se suponía debía de ser.

"No se cómo hacerlo".

Esta situación la estresaba cada vez más, las ganas de llorar se apoderaban de ella y temía que se volviera peor conforme pasaba el tiempo.

"Yo se que sabes cómo hacerlo, puedes lograrlo".

En eso consistía su día a día, el entrenamiento físico iba bien, pero Falon sentía sus sentimientos. Era incapaz de soltar todo aquello. Intentaba ocultar sus sentimientos y lo lograba la mayoría del tiempo. El joven maestro al igual que ella temía que se convirtiera tarde o temprano en una avalancha llena de emociones. Por lo que decidió no presionarla más de lo debido. Más de lo que ella pudiera soportar.

Los días fueron pasando, las noches llenas de estrellas así como los días de cosechas, los granjeros día con día comenzaban a tomarle cariño al caballero jedi, mientras que Deidre se sentía más fuera de lugar. ¿Seria la edad?, ¿Serían los aldeanos, o su maestro? O tal vez sería ella así. No podía contestar estas preguntas sin entrar en un dilema existencial y querer tirar todo por la borda. Solo esperaba el día en el que Falon la soltara y ella pudiera dejar de ser una Padawan.

"¿En qué piensas?". Falon la tomó por sorpresa mientras se encontraba de pie, mirando hacia el horizonte. Lo miró a los ojos, no supo interpretar muy bien aquella mirada por lo que dejó de observarlo, lo iba a extrañar demasiado, era imposible haberle guardado mucho cariño a su maestro, era gentil y amable. Y estaba segura que todos en el pueblo eran capaz de ver la bondad que aguardaba dentro de si. "Solo pensaba en lo que aguarda el futuro para mí". Falon pasó su brazo sobre los hombros de la joven, intentando atraerla a su cuerpo. Deidre correspondió su abrazo tomándolo de la cintura. "Mejor disfruta estos momentos. Lo que tiene que pasar pasará, la fuerza está con nosotros".

"Lo sé, maestro". Su voz apenas fue perceptible. Intentó alejar aquellos pensamientos y hacer caso al consejo de su maestro.

2 años más tarde.

"¿Cómo te sientes?."

"No sé, rara o eso supongo." Deidre alzó la vista hacia su maestro. "Ya me había acostumbrado a este lugar." Falon asintió con la cabeza mientras seguía ayudando a Deidre con su mochila, la detuvo unos instantes haciéndola mirarlo a los ojos y la abrazó.


"Muchas gracias por haberte quedado, me hiciste pasar la estancia aquí menos pesada."

La joven se alegró de escuchar sus palabras, cerró los ojos con fuerza para alejar las lágrimas que comenzaban a asomarse, continúo devolviéndole el abrazo apretando un poco de más la espalda del castaño. Le había tomado ya mucho cariño y le costaba dejarlo, no quería hacerlo pero debía de.

"Espero venir a verte de vez en cuando."

Terminando de empacar todo lo necesario se dirigieron afuera de la pequeña finca, donde habían estado viviendo los últimos años. Deidre observó la nave por unos instantes, su compañero sintió su nerviosismo, poniendo una mano en su hombro intentó tranquilizarla. "Intenta no meterte en problemas ¿si?"

"No cuentes con eso." La sonrisa de la chica se ensanchó por completo.

Dicho esto se despidieron por última vez, se subió a la nave para empezar su nueva travesía y con nerviosimo echó a andar el motor.

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The Specialist (Anakin Skywalker) |Star Wars|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora