Extra: azul.

248 43 11
                                    

—Doctor Kwon, tiene una visita. —La enfermera que hacía de asistente entró siendo directa y saliendo de una vez, sin decir siquiera el nombre de la persona que lo buscaba a la una, cuando estaba en su hora de almuerzo.

Soonyoung estaba sorprendido, pero terminó de engullir la barra de fresa que comía antes de su almuerzo completo y se arregló la bata que tenía un par de migajas, peinó su cabello verde a un lado e intentó poner una postura sería detrás de su escritorio. La apariencia antes que todo, primero muerto antes que feo.

La puerta fue tocada, e imitando una voz profesional pidió que pasase.

—Buenas tardes, doctor Kwon— susurró coqueto cerrando la puerta detrás suyo con seguro, viendo como el neurólogo pasaba una mano por su cabello intentando peinarlo.

—Oh, Jihoon — contestó feliz pasando por alto el susurro coqueto, la presencia de su novio siempre lo dejaba más torpe de lo normal—. ¿Qué haces aquí? Tu consulta es mañana.

—Pasaba cerca y recordé que tengo un muy guapo novio doctor que debía estar trabajando, fue una casualidad que estuvieses en tu descanso.

No fue una casualidad en realidad. Jihoon se sabía todos los horarios de Soonyoung, así como Soonyoung se sabía los de Jihoon. La verdad fue que Jihoon lo tenía bien predeterminado.

Hace tiempo no pasaban casi tiempo juntos y quería sorprenderlo con su presencia en su lugar de trabajo. Cosa que casi no funcionaba, y la verdad era que la chica que ayudaba a Soonyoung era tan terca y ruda que no le creía cuando le dijo que era su novio; al final tuvo que mostrarle un par de conversaciones y fotos de los dos para que lo dejase entrar.

—Que buena casualidad. —Tan lindo que no notaba que no era una casualidad—. Debemos ir a almorzar.

—¿Podemos hacerlo aquí? Fuera no hay nadie, el piso está casi vacío— sugirió Jihoon, y otra verdad era que desde hacía un tiempo había querido hacer algo ahí en la oficina, solo que no encontraba el momento adecuado y ahora creía que lo era.

—No podemos pedir delivery para el hospital.

—Preparé almuerzo para mí, hay suficiente para los dos— mostró la mochila que colgaba en su espalda sonriéndole a Soonyoung para que así aceptase.

—De acuerdo.

Soonyoung se levantó de su asiento y mientras caminaba a la ventana para abrirla y evitar que el olor de la comida quedase por todo el consultorio, fue quitándose la bata blanca y remangando su camisa hasta los codos, acto que no pasó desapercibido por Jihoon y acto que le pareció el mejor espectáculo que jamás hubiese visto.

Sacudió su cabeza, dejando por un momento a Soonyoung siendo estúpidamente sensual y tierno al mismo tiempo, porque luego tendría problemas y aunque ese era su objetivo desde el principio, aún no quería hacerlo.

Jihoon se sentó en el sillón, dejando la mochila a su lado y quitándose el suéter que llevaba, quedando solo en una franelilla negra que mostraba sus brazos formados. Comenzó a acomodar las tazas con comida en la pequeña mesa, pero sin destaparlas y cuando Soonyoung estuvo a su lado, ya la comida estaba esparcida.

—¿Qué hiciste? —se inclinó para tomar una de las tazas y ver la comida pero Jihoon fue más rápido y tomó su brazo, impidiéndole tomarla.

—No, aún no. —Negó sonriente Jihoon—. ¿Sabes, Soonnie? Siempre he querido hacer algo aquí.

Por un segundo Jihoon se sintió avergonzado y su sonrisa disminuyó, pero fue solo un segundo, se espabiló, no era primera vez que lo hacían, tal vez sí en el hospital, mas no en otros lugares, otros muy diversos lugares, a veces sentía que eran como leonas en celo.

Invierno Primaveral (edición) ๑soonhoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora