(El fin) es solo el comienzo PARTE 2

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Leah decidió que lo primero que debía hacer era obtener un trabajo en la ciudad, necesitaba ser económicamente independiente  lo más  pronto posible, si quería alejarse de la reserva. También tendría que visitar al consejero de  secundaria local para intentar decidir que carrera debería estudiar porque en ese preciso instante como muchas otras cosas , no lo sabía. Ella había tenido una visión fija de lo que sería su vida alguna vez, pero ya no más.

     Otra razón por la que detestaba el gen Quileute: te hacía olvidar todo lo ajeno a la condición lupina, ella jamás había tenido problemas en cumplir sus objetivos educacionales antes de que todo el asunto de la manada llegase a su vida. Diablos, ella había tenidos planes y metas, antes de que formara parte de toda esta mierda sobrenatural.

Bueno, ahora , ya no pertenecería más a ese mundo, por lo que bien podría enfocarse en construir el lugar en el que quería estar. Eso , es lo que haría: construir su lugar en el mundo. Algo que nadie podría arrebatarle porque sería enteramente suyo.

Leah observó a su alrededor , examinó los vestigios de la antigua vida de Bella: el destino era algo tan misterioso en cuanto a sus propósitos que incluso una chica promedio de ciudad  podría terminar alcanzando la  trascendencia a través  de la inmortalidad vampírica  y todo por ...amor.

Leah , no lo había contemplado antes , mejor dicho, no se había permitido pensar que quizás  ,y era un gran "probablemente", ella no iba a envejecer. 

Nadie sabía mucho sobre las licántropos femeninas, de hecho en su tribu ella era la primera, por lo que no sabían ni si existía una pareja destinada a ella. Los Quileutes dejaban de cambiar poco a poco una vez que formaban una familia con su imprimación , al principio tendrían dificultades para entrar en fase, luego no sentirían el impulso de hacerlo corriendo por sus venas hasta que un día ya no serían capaces de hacerlo. Habían quienes eran sorprendidos por este proceso y otros lo cuáles eran plenamente conscientes de dichos cambios en su cuerpo.

Era casi como si la maldición   Quileute existiera para asegurar que los miembros de su tribu fueran lo suficientemente fuertes para resistir hasta el momento en el que finalmente pudieran encontrar una pareja compatible y una vez que lo hacían si no había una amenaza patente ya no era más necesaria por lo que retrocedía hasta desaparecer dentro su portador. Pensándolo bien: tenía sentido, en una época donde los vampiros arrasaban con pueblos enteros sin ser castigados porque los humanos no tenían las armas de la actualidad , los Quileutes surgieron para asegurar la continuidad de los suyos.

Leah cerró los ojos y suspiró. Decir que no sentía una aprehensión en el pecho cuando pensaba en la posibilidad de ella envejeciendo solitariamente mientras veía a su familia padecer las inclemencias del tiempo era una mentira. No podía imaginarse la vida sin Seth, o sin su madre, después de todo eran lo único que tenía. Los protegería hasta el fin de los tiempos. Ella lo haría. 

Aunque quizá con el tiempo Seth formase su familia y ella podría ser la amorosa tía que consiente a sus sobrinas.

Diablos: ¿no sería eso una hermosa vista?.

Las lágrimas se acumularon en sus ojos pero se obligó a no derramar ni una sola de ellas: la familia que había planeado con Sam se había ido con él y ahora no era más suya. Los planes para su futuro como una amorosa madre de familia y esposa estaban tan muertos como Sam lo estaba para ella. Todo se había ido. Tenía que aceptarlo , como también tenía que dejar de lamentarse por ello después de todo ¿de qué le servía llorar por algo que nunca sería?.

 Dejar ir todo: los sentimientos, el tiempo desperdiciado, los planes que ahora eran inviables. Debía dejar ir todo , para así poder construir su nueva vida. Cerrar una etapa y abrir otra

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