Capítulo 6.

51 3 0
                                    

Aria.

Los tablones de madera crujieron debajo de mis pies mientras retrocedí un paso en el pórtico de la casa de Granny Q. Dejé que la puerta de tela metálica se cerrara detrás de mí con un ruidoso golpe antes de recordar que era vieja y sus resortes hace mucho tiempo estaban oxidados. Había pasado muchos días de mi niñez en este pórtico bombardeando guisantes con Cain y Granny Q. No quería que ella se molestara conmigo. Mi estómago se retorció.

-Siéntate, niña, y deja de lucir como si estuvieras a punto de llorar. Dios sabe que te amo como si fueras mía. Pensé que lo serías algún día. -Sacudió su cabeza-. Estúpido chico, no pudo ponerse las pilas. Esperaba que se hubiera dado cuenta antes de que fuera demasiado tarde. Pero no lo hizo, ¿lo hizo? Te fuiste y encontraste a alguien más.

Esto no había sido lo que yo esperaba. Tomé el asiento enfrente de ella y comencé a bombardear guisantes, así no tendría que mirarla.

-Cain y yo terminamos hace tres años. Nada de lo que está pasando ahora le afecta. Él es mi amigo, eso es todo.

Granny Q pronunció un "umm" y se movió en el columpio del pórtico donde estaba sentada.

-No creo eso. Ustedes eran inseparables de niños. Incluso de niño no podía quitarte los ojos de encima. Era gracioso de ver cuánto te adoraba y él ni siquiera se daba cuenta. Pero los chicos llegan a la adolescencia y se olvidan momentáneamente de sus intereses. Odié que lo hiciera. Odié que te perdiera, niña. Porque no habrá otra Aria para Cain. Tú eras para él.

Ella no había mencionado mis pruebas de embarazo. ¿Siquiera sabía que las había comprado? No quería recapitular mi pasado con Cain. Seguro teníamos historia, pero había mucha tristeza y arrepentimiento que yo no quería tocar. Vivi en una mentira que mi padre construyó en ese entonces. Recordarlo dolía.

-¿Cain se ha pasado por aquí hoy? -pregunté.

-Sí. Vino esta mañana a buscarte. Le dije que no habías regresado a casa desde que te marchaste en la mañana. Él lucía preocupado, se fue sin decirme nada más. Aunque había estado llorando. No creo haberlo visto llorando alguna vez. Por lo menos, no desde que era un niño.

¿Había estado llorando? Cerré mis ojos y dejé caer los guisantes en el balde grande que Granny Q estaba usando. No se suponía que Cain se molestara. No se suponía que llorara. Me había dejador ir hace mucho tiempo. ¿Por qué esto era tan difícil para él?

-¿Hace cuando fue de eso? -pregunté, pensando sobre las horas que habían pasado desde que le había desnudado mi alma en el estacionamiento de la farmacia.

-Ah, hace como nueve horas, creo. Era temprano. Él era un desastre, niña. Al menos ve a buscarlo y habla con él. No importa cómo te sientas sobre él ahora, necesita escuchar de ti que las cosas están bien.

Asentí. -¿Puedo usar tu teléfono? -pregunté, poniéndome de pie.

-Claro que puedes. Come una de esas tartas fritas mientras estas ahí. Hice suficientes para un ejército después de que saliera corriendo esta mañana. Son de tu sabor favorito -dijo.

-Cereza -repliqué y ella me dio una sonrisa.

Podía ver tantas cosas en los ojos de ella. Conocía a Cain. Nada de él me sorprendía. Lo entendía. Teníamos un pasado. Amaba a su familia y ellos obviamente también me amaban. Eso era seguro.

Bethy estaba parada en el otro lado de la puerta sorbiendo de su vaso de té helado y tendiéndome el teléfono. Ella había está escuchando. No me sorprendía.

-Llama al chico. Termina con eso -dijo.

Tomé el teléfono y entré a la sala de estar para darme algo de privacidad antes de marcar el número de Cain. Lo sabía de memoria. Él tenía el mismo número desde que obtuvo su primer celular cuando tenía dieciséis.

Secretos (Justin Bieber) 2° temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora