Hechos - parte 1

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12/03/18

Había pasado un mes y medio desde que aquel pelinegro había entrado a la universidad.

Tenía las mejores calificaciones de la facultad en la que estudiaba. Y como no, si el diseño gráfico era su pasión y daba todo de sí para ser el mejor.

Aquel día se había quedado terminando el diseño de un logo para una empresa ficticia de jugueteria.

Cuando le dió los últimos detalles al diseño, lo guardó y se preparó para irse. Pero de repente una tormenta inició arruinando sus planes.

Con un puchero salió del salón empezando a caminar entre los pasillos de la universidad. Y sin darse cuenta terminó en otra facultad.

Aburrido empezó a mirar los salones vacíos, hasta que uno de ellos llamó su atención. Aquel lugar no estaba vacío. Un castaño vestido de colores oscuros se encuentraba sentado en uno de los pupitres con una guitarra en las manos.

El pelinegro curioso se acercó a la puerta sin hacer mucho ruido y le prestó atención al chico del salón.

Posicionando sus manos sobre las cuerdas del instrumento. Inició la melodía de una canción que era desconocida para el pelinegro, quien parecía ido por los acordes.

Suaves lágrimas comenzaron a llenar las cuencas oculares del curioso chico en la puerta.

La melodía con el pasar de los segundos se hizo más profunda y melancólica. Y sin poder evitarlo, las lágrimas iniciaron su recorrido por las mejillas pálidas.

Aquella sintonía lo hacía sentir triste, melancólico, depresivo. Tal como hace unos años cuando solo era un chiquillo.

Tan metido estaba el chico en su lamento que no notó que la melodía ya no sonaba.

Abriendo suavemente sus párpados y con dificultad por las lágrimas, miró al castaño. Quien también lo miraba fijamente con los ojos de un profundo negro, pero con hermosos reflejos blancos.

—¿Necesitas algo? —le preguntó el castaño, mirándolo sin siquiera parpadear.

El chico nervioso sin saber qué hacer miró a todos lados buscando ayuda.

—¿Te puedo ayudar en algo? —volvió a preguntar. Su rostro totalmente serio.

Asustado al ver como el chico se había puesto de pie y caminaba hacia él. Dió media vuelta y salió corriendo por el pasillo hacia la primera puerta que halló y que por suerte era una puerta al exterior.

Mojandose por la fuerte lluvia siguió corriendo como un loco.

El barro del lugar cada vez aumentaba su tamaño volviendose más resbaloso y difícil de esquivar. Y como era de esperarse, el castaño resbaló y terminó sucio en casi toda la cara y ropa.

Adolorido se paró y miró detrás de él, notando al chico de antes igual de mojado que su ser. Estaba sin su guitarra y se acercaba cada vez más a su ensuciado cuerpo.

—¿Estás bien? —le preguntó cuando llegó hasta el mismo lugar.

El castaño avergonzado hasta la médula le confirmó su pregunta con un asentimiento de cabeza. No era capaz de alzar su cabeza y mirarlo.

Last Letter To Mom |Kookmin| Mini FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora