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Su auto se estaciono justo enfrente de mí. Mi corazón dio un vuelco en mi pecho mientras él se bajaba del auto y se aproximaba hacia donde yo estaba de pie y mi cabeza se convirtió en un manojo de emociones y no sabía que era lo que sentía con claridad. Estaba feliz porque quizás él podría trabajar conmigo en la empresa, quizás no en la misma oficina pero si en el mismo edificio y nos podríamos ver los mismos días laborales. Pero por otro lado, lo que me había mostrado Abby en el almuerzo hacia que sintiera rabia, tristeza y desesperación por descubrir la verdad y eran las emociones que más tomaban peso y me dominaron en cuanto lo tuve en frente. Me comporte de la manera mas bipolar del mundo y no entendía como lo había hecho. Había pasado de la felicidad a la tristeza y luego a la rabia en los pocos segundos que le tomo a el rodear el carro y llegar hasta mi posición. Como siempre iba impecablemente vestido con unos vaqueros oscuros, una camiseta blanca y un abrigo que le iba bastante bien. Su cabello estaba despeinado como siempre lo solía llevar y el viento que pasaba sobre el lo alborotaba aún mas haciendo que se viera mucho mas atractivo y sus ojos, brillantes y chispeantes me miraron con alegría.

- Hola Jude. Recordé que no tenías auto así que pensé en recogerte – dijo a modo de explicación.

Fruncí los labios y me obligue a elevar la comisura de mis labios para formar una sonrisa tensa.

- Gracias – repuse con sequedad y él se quedó perplejo.

- ¿pasa algo Jude? – trate de acercarme a la puerta del auto para abrirla pero el me tomo del brazo y tiro de mi para que volviera a donde estaba - ¿Qué pasa Jude? Si queremos intentarlo de nuevo tenemos que comunicarnos.

- No pasa nada... bueno... te lo diré en el auto.

- Ya. ¿quieres que te lleve a tu casa o vamos al departamento?

- Preferiría ir al departamento – musite y liberándome de su agarre me aproxime hacia la puerta del auto, la abrí y me senté en el asiento de cuero. Benjamín cerró la puerta y rodeo el auto para subirse en el asiento del conductor.

Inmediatamente nos vimos sumergidos en las calles de la ciudad con el frio de la noche empezando a hacer acto de presencia. No era tan tarde, ni siquiera el sol se había ocultado por completo pero el frio se podía notar y hacia que mis piernas temblaran un poco y la suela de mi zapato repiqueteara contra el suelo del coche que iba con lentitud en el ajetreado tráfico de la ciudad. Observe a Benjamín de reojo y me di cuenta de que estaba apretando la mandíbula y sus labios formaban una fina línea mientras tamborileaba nerviosamente los labios sobre el volante de seguro, preocupado por lo que tendría que decirle por lo que en cuanto estuve preparado, comencé con la noticia buena.

- Vas a tener trabajo – solté de repente haciendo que se girara bruscamente hacia a mi.

- ¿Qué? ¿Dónde? Ya te conté lo de Beck y...

- El señor Perkins esta dispuesto a darte empleo en la empresa. Conmigo – agregue para que la idea le sonara mejor.

Sus cejas negras y perfectas se fruncieron profundamente y paso de tamborilear los dedos en el volante a apretarlo con tanta fuerza que sus nudillos se tornaron blancos.

- Jude. No quiero que me ayudes. Quiero hacer esto solo y me corresponde a mi buscar trabajo – espeto – no quiero que te metas.

- No me metí. Y no dije nada porque me parecía inapropiado, ni siquiera se me había cruzado por la cabeza es... Arthur es el que te está ayudando – dije sabiendo que para el, la idea de que Arthur lo estuviera ayudando sería bastante incrédulo.

Benjamín soltó una sonora carcajada que me hizo fruncir el ceño y me cruce de brazos en el asiento con mi ira en aumento.

- No me vengas con chorradas Jude. Ese tipo sería incapaz de ayudarme en especial con Beck encima de el todo el tiempo – mascullo con la voz cargada de ironía.

THE COLLISIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora