-Buenos días, Jimin -le dijo esa mañana su padrastro, cuando él iba saliendo para sus clases—. Oye, ¿puedes ir caminando hoy al instituto? Tu cadena está algo oxidada y creo que mejor me ocupo de eso esta tarde.
Jimin salió de su casa y se fue a pie hasta el colegio. No le quedaba tan lejos, dos cuadras y media como máximo. Lo único que le disgustaba era el semáforo que había en la esquina de su calle. Esa cosa tardaba mucho en cambiar.
Jimin se quedó mirando esperando a que la luz cambiará a verde, lo cual como siempre empezaba a tomarse su tiempo.
-¿Jimin? ¡Jimin! Vaya, qué sorpresa.
«¿Es esto un chiste?» pensó Jimin con incredulidad, al ver que JungKook venía por la cera que daba a la otra calle, sonriéndole con simpatía. Jimin miró el semáforo de nuevo. «¿En serio? ¿Aún nada?».
-Buenos días, JungKook -dijo secamente cuando el chico llegó a él.
—¡Buenos días! ¿Cómo estás?
«¿Ese tono no es demasiado alegre para ser verdadero?».
-Bien, gracias.
-Qué bueno. Oye, ¿qué punto te tocó para la exposición?—Preguntó enderezándose correctamente. Jimin hizo una mueca al notar que JungKook le llevaba unos centímetros-. A mí me tocó síndrome de Peter Pan.
-Um -dijo, el semáforo no se decidía a cambiar por lo que terminó contestando—. A mí también.
-¿En serio? - JungKook lucía completamente maravillado. Jimin no lo entendía—. ¡Eso es genial! ¿Entonces sí podrías ayudarme? Hay unas cuántas cosas que no entiendo y no quiero empezar el primer periodo con mal pie -rogó juntando sus manos en gesto de súplica.
Maldiciendo en mil y un idiomas, Jimin se decidió que no valía la pena implorar por una salvación ahora. Después de todo JungKook iba a su instituto, a su curso. El inútil semáforo no le ayudaría en nada.
-Seguro -se resignó, avanzando por el paso peatonal.
JungKook lo siguió casi dando brincos. Le preguntó una o dos cosas sobre la forma de evaluar de la profesora, y después de que Jimin le contestara lo más simple que pudo se dispuso a contarle sobre cosas que definitivamente no tenían nada qué ver con la exposición. Que si la mudanza, que si los extraños, que si la casa nueva... La única vez que Jimin quiso interferir fue para preguntarle si no tenía un botón de apagado.
Por fin -por fin– llegaron el edificio. Jimin suspiró con alivio cuando JungKook por fin cerró la boca, aunque notó que el chico miraba todo con inseguridad.
Se le quedó mirando fijamente. De seguro era desagradable ser el nuevo, Jimin no se la pasó bien los primeros días de clase tampoco. Era como si todas las miradas estuvieran sobre ti al mismo tiempo –véase que para alguien con su peculiaridad tener tantos pares de ojos encima era para angustiarse.
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heterocromia ✦ kookmin
Fiksi Penggemar不同的 | Ser diferente es malo. Todos te temen, todos te persiguen, todos te señalan. Jimin lo sabía, él había sido un engendro toda su vida sólo por un descontrol en sus ojos. Hasta que por fin conoció a alguien que pudo ver más allá de las lentes de...