Prologo

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Prologo.

Luz observaba con un poco de dudas el portal que la llevaría a su hogar. A pesar de que extrañaba a su madre, y que pensó que no la volvería ver después de destruir la única forma de cruzar a su mundo, iba volver a casa de nuevo. Eda y Lilith pudieron encontrar un hechizo que lograra abrir portales a otras dimensiones. Por lo que Eda le dijo lo buscó para que ella y su hermana también escaparan de ese lugar

No la culpaba. Y no era tan malo irse de las Islas Hirvientes cuando ella eran buscadas. Ni tampoco debía preocuparse por Eda, King o Lilith; estarían bien. Pero Amity, Willow y Gus; los extrañaría mucho. Sobre todo a Amity; ella quizás sería a quien más extrañaría. Se divirtió bastante con ella, incluso se sentía tan feliz estar a su lado. Aunque todo eso había terminado.

-¿Qué te pasa, Luz? –Preguntó Eda, acariciando su espalda. Luz no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas al voltear a verla. –No te sientas mal, Luz. Quizás podamos volver a verte de nuevo. Pero creo que en este momento debes ir de regresó a tu hogar.

-Lo sé. Es solo que...

-Los demonios no extrañan a nadie. –Comentó King. Luz se rió.

-¿No extrañaras que te haga esto? –Luz lo cargó dándole un abrazo, y luego le dio un beso en la frente.

-No... –King le regresó el abrazo. -¿A quién engañó? Te voy a extrañar, Luz.

-Yo también.

Dejó a King en el suelo. Miró hacia enfrente mirando a Willow, Amity y Gus. Quizás le dolería más tener que despedirse de ellos tres, sus mejores. Con los que se divirtió y compartieron muchas cosas. Soltó un suspiró, acercándose a ellos.

-Supongo que es... –Luz no dejó terminar a Willow y la abrazó junto con Gus.

-Se lo que quieres decir. Yo también los extrañare.

Luz se apartó de ellos y miró, a quien quizás era a la que más quería de todos ellos. Amity no le dijo nada, simplemente la abrazó con todas sus fuerzas. Abrazo que Luz le devolvió. Sus ganas de llorar aumentaron cuando la escuchó sollozar. Habían forjado una gran amistad durante el tiempo que estuvieron juntas. O quizás algo más.

-No llores. –Luz le limpió las lágrimas. –Puede que después regresé.

Amity le sonrió. Pensó que quizás lo mejor no era decirle lo que sentía; aunque no era buena idea porque Luz tenía ganas de llorar, e incluso notó que parecía no querer irse. Si le decía solo provocaría que esas ganas de quedarse se volvieran una afirmación y no volviera a su hogar. Amity no quería que eso pasara. Amaba a Luz, pero no era tan mala como para separarla de su madre, ni dejar que no regresara a su mundo. Además, la volvería ver, ¿cierto? Tuvo una sensación de miedo en su pecho al pensar que quizás nunca más la volvería ver. Esa hermosa sonrisa que iluminaba su día no la volvería a ver.

-Cuídate mucho, Luz. –Amity le dio un beso a Luz en la mejilla.

Luz se sonrojó un poco. Nunca le dijo un sentimiento que creció dentro de ella porque no estaba segura de que eso fuera una buena idea o que la rechazara; Amity le gustaba. Pero, sin embargo, nunca se atrevió a decírselo. Pensó que quizás ella no sentía lo mismo por ella, y decírselo podría arruinar las cosas entre ellas.

Se colocó enfrente del portal. Soltó un suspiro al tener que irse. Volvió a mirar a todos antes de hacerlo. Movió su mano en señal de despedida y cruzó el portal, dejándolos solos; cada uno comenzó a llorar. Amity hizo un esfuerzo sobre humano para no tener que hacer lo mismo que los demás. La extrañaría y no quería que se fuera. Incluso pensó en ir con ella.

Brillo negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora