3. viaje largo

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El panelista introdujo a todos los artistas de la mesa y se pasó un micrófono a la gente de la audiencia para que pudieran hacernos preguntas.

—Hola, pregunta para Mara, ¿cuál es tu próximo proyecto? —preguntó una fan del público y todos los ojos de la gente, incluídos los de Trueno, se posaron en mí.

Tragé saliva nerviosa por la atención y sonreí.

—La verdad que no sé, estuve dedicándole mucho tiempo al tour y el álbum del año pasado —contesté—. Ahora estoy haciendo música por hacer, sin ningún proyecto en específico en mente.

La chica asintió medio satisfecha y el micrófono fue pasado a otra persona del público.

—Trueno, ¿qué se siente estar en España? ¿Viniste a reconciliarte con Mara? —preguntó la chica con una sonrisa pícara.

Yo me queria morir, se había generado una densidad en el aire que parecía que podrías cortarla con un cuchillo. El tierra tragame más grande lo estaba sintiendo yo en ese momento. Miré al morocho y se estaba riendo entre dientes.

—Es una pregunta sola, recuerden —interrumpió el presentador, al ver la tensión que generó esa pregunta.

Trueno se acercó al micrófono de su mesa y sonrió.

—Estar en España se siente muy guay —se limitó a decir, haciendo reír a todo el público, ignorando profesionalmente la otra pregunta.

Y así pasamos un largo rato. Por suerte, no se volvieron a hacer preguntas sobre mi relación con Trueno o algo parecido, así que pude respirar con tranquilidad. Me hicieron un par de interrogantes interesantes que me hicieron recuperar la buena onda y me entretuve bastante con las respuestas carismáticas de Duki, por lo que consideré las preguntas un éxito.

Terminaron las entrevistas y nos dijeron que tendríamos un pequeño descanso antes de tener el meet & greet y después, podríamos recorrer los stands con libertad, que era lo que más me emocionaba hacer.

Bajé del escenario junto a Paulina, que había llegado tarde pero me acompañó silenciosamente durante las preguntas, y nos quedamos al lado de la mesa de comida.

—La próxima vez que tengamos entrevistas voy a pedir encarecidamente que eviten ese tipo de preguntas —me dijo enojada, mientras tecleaba furiosamente en su celular.

Me reí y le agarré la mano para que dejara de torturar a su pobre celular.

—No seas boba, no me molesta.

Me miró analizandome la cara y me reí.

—Que te estoy diciendo que no me molesta, Pau. Es algo normal que me pregunten por él. No puedo evitarlo para siempre.

Pau asintió y se puso a comer lo que había en la mesa.

En ese mismo momento, sentí mi nombre y me giré. Duki venía con una sonrisa enorme y los brazos abiertos, invitándome a un gran abrazo de oso. Al instante sonreí y empecé a caminar hacia él, hasta que ví que a su lado estaba Trueno. Traté de disimular mi cambio de humor, y lo abracé gustosamente a mi amigo.

—Tanto tiempo, Marita hermosa —me dijo Duki sonriente—. Te re extrañaba, eh.

Me reí y le dí la razón.

—Yo también te re extrañaba, tendríamos que juntarnos más seguido mientras estés en España.

Asintió.

—Me quedo por dos semanas, asi que cuando quieras me decís —me sonrió y me volvió a abrazar. Miró hacia atrás y se volvió a girar—. Ay me tengo que ir Marita, nos estamos hablando.

Y se fue corriendo del backstage, dejándome a solas con Trueno. Me miró a los ojos intensamente, y me tiró una diminuta sonrisa. Parecía querer demostrarse confiado, pero se le notaba de lejos que estaba re nervioso.

Yo también lo estaba.
Era la primera vez en mucho tiempo que volvía a verlo. Todavía me causaba bastante sensaciones adentro mío, tenía que admitirlo.

—Hola —le dije en un hilito de voz casi inaudible.

Sonrió un poco más grande y se inclinó a darme un beso en el cachete.

—Hola, ¿cómo estás?

—Bien de bien, ¿y vos?

—Soltero.

Me reí y lo empujé del hombro juguetonamente. Todavía seguía siendo el Trueno chamuyero de siempre.

—No cambiás más vos —le dije todavía riéndome.

—Capaz que cambié sí, pero vos estás igual de hermosa que desde la última vez que te ví.

Le sonreí, tratando de suprimir las mariposas que revoleteaban por toda mi panza y el cosquilleo en mis piernas.
Me tenía todavía en la palma de sus manos, y lamentablemente, lo sabía.

—¿Qué hacés por acá? —me animé a preguntarle.

Me sonrió.

—Trabajo.

Asentí.

—Y quería ver a una chica linda que vive acá —continuó—. Se llama Mara Miller, ¿la conocés?

Me reí burlona y miré hacia atrás para buscar a Paulina con la mirada. Nos miraba atenta, con ganas de estrangular a Trueno. Me giré hacia él y traté de ponerme seria.

—Sí, la conozco. Pero me parece que si vive acá es porque quería alejarse de la Argentina, y todo lo que tuviese que ver con ella —respondí yo.

Resopló y puso las manos en sus bolsillos del jean. Parecía haberlo agarrado con la guardia baja y no sabía qué decir.

—Mara... No empieces...

—No, no. No empiezo. Vos empezaste.

Me miró como cansado y apenado a la vez y se acercó un poco más a mí.

—Te quería ver, Mara. No te pongas así. Hace mas de un año que no te veo. Me dijeron que tenía que venir a España y pensé que podríamos vernos de paso.

Asentí.

—Me voy mañana de noche —siguió hablando—. Vamos a comer a algún lado y pasemos el día juntos, ¿qué te parece?

Miré a todos lados nerviosa, menos a su cara. Sinceramente no sabía si tenía que ceder a su encanto y proposición, me sentía débil y vulnerable. Como si todo mi esfuerzo por olvidarme de él y superarlo, se fuera por el caño.

Pero tenía curiosidad de ver qué pasaba si accedía a salir con él. Quería saber de su vida estos últimos meses. Quizás podíamos ser amigos...

—Bueno. Después te hablo y vemos —le dije, y de inmediato se le iluminó la cara de emoción.

Sentía que podría estar cometiendo un grave error, pero se sentía tan bien.

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2021 ⏰

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𝙏𝙍𝘼𝙋𝙋𝙀𝙍; 𝘵𝘳𝘶𝘦𝘯𝘰 (SEGUNDA TEMPORADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora