Los días de lluvia hacían trabajar con ánimos a las nubes, y parecían no querer cesar en aquel final de otoño. El cielo saludaba a toda Jonia con un matiz de grises. Ah... el gris, ni blanco, ni negro. Ni claro, ni oscuro, habíase figurado personalmente Yasuo. Como una nube gris en noche de otoño.
Descansando en su refugio, comenzó a pensar. Las noches cada vez se volvían más especiales, con múltiples discusiones y terribles conclusiones.
Ya no era ninguna sorpresa para si mismo pensar en la muerte. Era, definitivamente, una de sus opciones a considerar.
Su pecho quemaba, sentía como si su corazón hubiera sido terreno de una cruel guerra.Corazón atado, corazón silenciado. Perforado y atravesado, comienza a sangrar. Un cuerpo en la tarde más melacólica, cae a manos del ganador, del asesino de los hermanos.
Yasuo respira irregularmente. Nuevamente aquellos significativos recuerdos atraviesan en su mente, torturándolo a cada hora, cada noche. Bebe hasta la última gota del delgado recipiente de cerámica que yacía en su costado, desde hace un par de horas. El cielo llora junto al hombre quebrado, dejándolo descansar, una vez más.
El atardecer se siente un poco fresco, dando paso al anhelado anochecer. Yasuo camina sobre un sendero de pétalos rosados que suavizaba su andar, oliendo la dulce flora del jardín. Por simple curiosidad, sostuvo un pétalo y lo frotó con sus dedos.
"Las verdades quedan sin hablarse
Soplan los vientos tristes
Traen consigo tiempos mejores"El espadachín reacciona de la misma forma que la primera vez que escuchó la voz. Nuevamente, empieza a buscar al causante de la misma.
"Ecos de una canción de flauta
Una melodia simple..."─ Yone, ¿dónde estás? ─pregunta Yasuo, mirando hacia todos lados. Siente como si la voz de su hermano estuviese en su cabeza, y no en la preciosa rosaleda.
"Notas dulces que atraviesan el velo de la muerte
Conjuran lo que una vez fue."Un nudo habíase hecho en la garganta del menor, estremeciéndose al escuchar las palabras de la persona que alguna vez vivió, le enseñó, lo amó.
─ Por favor, hermano... ya no puedo con esto.─ arrastra sus palabras y cuerpo hacia el mismo lago visto en un sueño anterior. Su reflejo es claro en la cristalina agua, y el de otro rostro moreno también.
─ La muerte es difícil superar, Yasuo, pero no imposible. Déjame ayudarte a librar tu alma del menester, que desprende de tus ojos, para comenzar un nuevo camino.
Sin aliento, Yasuo acecha el reflejo de su hermano al lado suyo. Su voz... tan relajante, junto a sus esperanzadoras palabras, le hizo sentir por primera vez en meses, una chispa de felicidad.
─ ¿Qué debo hacer? Dime por favor.─ suplica, no tan sultimente, delante del mayor. Cada segundo ponía de puntas a Yasuo, ansioso por la respuesta.
─ Camina hacia el norte de Jonia, sin cesar, hasta que encuentres un jardín de cerezos. Te estaré esperando, mi hermano.

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Cerisier ︱YasuoYone
Fanfic"Antes de las guerras mortales Antes del orgullo, del deber, del honor Hubo dos hermanos Y con eso bastaba." Simplemente una historia corta con capítulos cortos. ──────────── Créditos a Riot Games.