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-Manu -lo llamé mientras jugaba con los dedos de su mano-.
-¿Si?
-¿Cómo les dijiste a tus papás tu sexualidad?
Se sentó más derecho y carraspeó su garganta, eso me dio miedo, no se por que, sentía que me iba a decir que no tenía que preguntar eso e iba a entenderlo, claro.
Pero, al contrario, agarró mi mano y se decidió a hablar, mirándome a los ojos todo el tiempo.
-Bueno, emm, mi mamá lo supo siempre, desde que soy chico siempre le tuve más "confianza" a ella ya que estaba todo el día conmigo y por eso siempre le contaba de chicos que me parecían lindos y tal -dijo con una minisonrisa-. Y a mi papá nunca se lo dije, traje a cenar a mi ex novio y ahí se enteró, claramente no me dijo nada ni lo trató mal -se encogió de hombros-. Siempre aceptaron mis decisiones, siempre y cuando no me pongan en peligro.
Suspiré un poco.
-Ojalá mis papás fueran así -murmuré-.
-Ey..-apretó levemente mi mano, posó su mano en mi mentón y me obligó a mirarlo-. Para tus papás es algo nuevo, ellos nacieron en distintos tiempos y es difícil, no quito que sea una situación horrible -alcaró-. Algunos padres se lo toman bien y deciden abrir su mente y otros, lamentablemente, no, sea cual sea la decisión de tus papás, mi familia y yo vamos a estar para vos, ¿Bien? -asentí con unas pequeñas lágrimas en mis ojos-.
-Gracias, Manu -sonreí limpiando mis lágrimas-.
-No hay nada que agradecer -me abrazó-. Después de todo...mejores amigos por siempre -recordó y yo reí-.
-Esas promesas siempre se rompen, generalmente.
-Bueno, yo pienso cumplirla -dejó un beso en mi cabeza-.