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15 de diciembre

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15 de diciembre.

Muchas personas reprochan que la navidad es un simple día, común y corriente, que no entienden cuál es el espíritu navideño en esto, que solo sirve para gastar dinero y hacer compras innecesarias.

Si me respondieran o dijeran eso, mi respuesta o comentario seria tranquila, sería un:

Vete al carajo.

La navidad es el único día del año en el cual toda la familia se junta, está unida, sin importar los problemas o los dramas, aunque a veces apesta, porque unos suelen ser demasiado hipócritas.

Pero en especial en mi familia, padres divorciados, hijo único, una hermana de mi madre tienen una cierta rivalidad a lo cual se juntan y hablan solo para navidad siendo así "hipócritas", ah casi lo olvido, y una prima que está loca obsesionada con los libros y los personajes ficticios.

¿¡Quien llora por un personaje ficticio!?

Que casi todos los días va a la librería GeoDall.

Es una biblioteca, soquete.

Eso, no hay mucha diferencia.

Este año se suponía que iba a pasar navidad con mi padre, ¿pero adivinen qué? tuvo que viajar a Florida por "trabajo", y eso no es cierto, ni siquiera quiso llevarme con él. Pero no me sorprende, además me conformo con pasarla con mi madre y mi tía la hipócrita.

Cuando hablo de tía hipócrita no me refiero a la mamá de mi prima, Lara es mi prima por parte de mi padre, crecimos como hermanos así que pasamos la mayoría de tiempo juntos.

Me acerco a un lado de la pared de mi habitación, me acerco al calendario navideño de adviento, es uno en forma de un árbol –es ese que tiene los días de diciembre solo hasta el 25 y cada día debes abrir una puerta y te sale algo-.

Abro el día 15 el cual es el que toca. Este no es como el tradicional que trae arbolitos pequeños, oh cascanueces o foquitos. Este trae cosas mejores, como lociones, comida chatarra, algunas pequeñas prendas de ropa.

Y este día me toco una prenda interior, la cual ni siquiera sé si me quedara, sino me tocara dársela a Lara, las mujeres tienen un fetiche raro con la ropa de hombre hasta con la interior, y no entiendo por qué.

Es cómoda.

Eso sí.

Salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina, agarro un vaso y saco una jarra de agua de la refri. Siento que alguien está en la cocina, pero no volteo a ver, solo veo por el rabio del ojo.

—¡Buu! — grita Lara llegando a la par mía.

Sí, ese es su intento de asustarme.

—¿Ahora es cuando me tengo que asustar? — pregunto volteándola a ver.

Un beso bajo la nieve. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora